Capítulo 16.
1.
¿quiere decir, entonces, que Satanás es atado o encadenado?
R/ quiere decir,
entonces, que Satanás es atado o encadenado? En los tiempos del Antiguo
Testamento, al menos en la era posabrahámica, todas las naciones del mundo,
menos Israel estaban, por decirlo así, bajo el dominio de Satanás. En aquel
entonces el pueblo de Israel era el recipiente de la revelación especial de
Dios, de modo que ellos conocían la verdad de Dios respecto a ellos mismos,
respecto a su pecaminosidad, y respecto al modo en que podían obtener el perdón
de sus pecados (aunque debe admitirse que este conocimiento les fue dado en
tipos y sombras, de modo que era incompleto). Durante este tiempo sin embargo,
las otras naciones del mundo no conocían esta verdad, y por lo tanto andaban en
la ignorancia y en el error (véase Hch. 17:30) a excepción de una que otra
persona, familia, o ciudad que llegó a estar en contacto con la revelación
especial de Dios. Uno podría decir que durante este tiempo estas naciones eran
engañadas por Satanás, así como nuestros primeros padres habían sido engañados
por Satanás cuando cayeron en pecado en el huerto de Edén.
Sin embargo, poco antes
de su ascensión, Cristo les dio a sus discípulos su Gran Comisión: "Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones" (Mt. 28:19). Lo cual
enseña que satanás ha sido atado para que no presente oposición a la
evangelización.
2. ¿Cómo es posible que
evangelicemos, si Satanás continúa engañando a las naciones como lo ha hecho en
el pasado?
R/ En Apocalipsis 20:1-3
Juan da una respuesta tranquilizadora a esta pregunta. Parafraseada, su
respuesta dice algo así: "Durante la era del evangelio que acaba de ser
introducida, Satanás no podrá continuar engañando a las naciones como lo
hiciera en el pasado, porque él ha sido atado. En consecuencia, durante todo
este período ustedes, discípulos de Cristo, podrán predicar el evangelio y
hacer discípulos de todas las naciones".
3. ¿Qué satanás se encuentre
atado quiere decir que no puede hacer daña?
R/ No, Esto no quiere decir que Satanás no pueda
hacer ningún daño durante el tiempo en que esté atado. Sólo significa lo que
Juan está diciendo aquí: que mientras Satanás esté atado no podrá engañar a las
naciones para evitar que aprendan la verdad de Dios. Más adelante en este
capítulo se nos dice que cuando los mil años terminen, Satanás será suelto de
su prisión y saldrá a engañar a las naciones del mundo para reunirlas para
luchar contra el pueblo de Dios (vv. 7-9). El no puede hacer esto, sin embargo,
mientras esté atado. Llegamos entonces a la conclusión que el encadenamiento de
Satanás durante la era del evangelio significa que, en primer lugar, él no
puede impedir la diseminación del evangelio, y en segundo lugar, que él no
puede reunir a todos los enemigos de Cristo para atacar a la iglesia.
4. ¿Hay alguna indicación en
el Nuevo Testamento de que Satanás fue atado en el tiempo de la primera venida
de Cristo?
R/ Sí, la hay. Cuando los
fariseos acusaban a
Jesús de echar a los demonios por medio del poder de Satanás, Jesús contestó:
"¿Cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus
bienes, si primero no le ata?" (Mt. 12:29). Es interesante notar que la
palabra que Mateo usa para describir que el hombre fuerte es atado es la misma
palabra que se usa en Apocalipsis 20 para describir la atadura de Satanás (el
vocablo griego dea). Se podría decir que Jesús ató al diablo cuando triunfó
sobre él en el desierto, al rehusar ceder a sus tentaciones. El hecho de que Jesús
echaba a los demonios, según él nos enseña en este pasaje, era evidencia de su
triunfo. Es cierto, uno podría responder que la atadura de Satanás descrita
aquí tiene más relación con el echar demonios que con la predicación del
evangelio. Pero yo contestaría que el echar demonios es una evidencia de la
presencia del reino de Dios (Mt. 12:28), y que es precisamente porque el reino
de Dios ha venido que el evangelio puede ahora ser predicado a todas las
naciones (véase Mt. 13:24-30, 47-50).
Cuando los setenta
regresaron de su misión de predicación, le dijeron a Jesús: "Señor, aun
los demonios se nos sujetan en tu nombre". Jesús contestó: "Yo veía a
Satanás caer del cielo como un rayo" (Lc. 10:17-18). Estas palabras, está
demás decirlo, no deben ser interpretadas como si sugiriesen una caída literal
de Satanás desde el cielo en aquel momento. Más bien debe entenderse que ellas
significan que Jesús vio en las obras que sus discípulos hacían una indicación
que al reino de Satanás se le acababa de asestar un golpe demoledor-o sea, que
acababa de llevarse a cabo un cierto encadenamiento de Satanás, una cierta
restricción de su poder. En esta ocasión la caída o atadura de Satanás está
relacionada directamente con la actividad misionera de los discípulos de Jesús.
Otro pasaje que relaciona
la restricción de las actividades de Satanás con la obra misionera de Cristo es
Juan 12:31-32: "Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de
este mundo será echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos
atraeré a mí mismo". Es interesante notar que el verbo que se traduce
"echar fuera" [ekballo) es un derivado de la misma raíz que la
palabra utilizada en Apocalipsis 20:3: "Y lo arrojó [baIlo) [a Satanás] al
abismo". Lo que es más importante aun, sin embargo, es la observación que
la "expulsión" de Satanás aparece aquí relacionada con el hecho de
que no sólo judíos sino gente de todas las naciones serán atraídos a Cristo al
estar él colgado en la cruz.
La atadura o el
encadenamiento de Satanás que se describe en Apocalipsis 20:1-3 significa, por
lo tanto, que durante la era del evangelio, en la que ahora vivimos, la
influencia de Satanás, aunque ciertamente no aniquilada, está restringida de
tal manera que no puede impedir la difusión del evangelio por las naciones del
mundo. Debido a la atadura de Satanás durante la era presente, las naciones no
pueden conquistar a la iglesia, sino que la iglesia está conquistando a las
naciones.
5. ¿Quiénes se sientan sobre
estos tronos?
R/ A efectos de contestar
esta pregunta, debemos echar una mirada más adelante en el pasaje y observar
que de aquellos a quienes Juan vio en esta visión se dice que
"vivieron" (v. 4) o "revivieron" (BJer), y que se los
distingue de "los otros muertos" mencionados en el versículo 5. Juan,
en otras palabras, tiene una visión de cierta gente que ha muerto, y a quienes
él distingue de otra gente que también ha muerto. Al examinar el versículo 4
con cuidado, parecería que Juan ve aquí dos clases de muertos: un grupo más
grande de creyentes muertos, y un grupo menor de aquellos que murieron como
mártires por la fe cristiana.
La primera fase del
versículo 4 describe a creyentes que han muerto, a quienes Juan ve sentados
sobre tronos, compartiendo el reinado de Cristo y ejerciendo su facultad de
juzgar. Este reinado es el cumplimiento de una promesa registrada anteriormente
en el libro de Apocalipsis: "Al que venciere, le daré que se siente
conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su
trono" (3:21).
A medida que la visión
continúa, sin embargo, Juan ve a un grupo específico de creyentes, a saber, los
mártires: "Y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de
Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su
imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos". Las
palabras "las almas de los decapitados" obviamente se refieren a
mártires-fieles cristianos que habían entregado sus vidas antes de negar a su
Salvador. Este pasaje es, en realidad, un tipo de paralelo a un pasaje anterior
del libro, a saber, Apocalipsis 6:9: "Cuando abrió el quinto sello, vi
bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra
de Dios y por el testimonio que tenían". Cuando Juan añade que aquellos a
quienes aquí describe "no habían adorado a la bestia ni a su imagen",
está dando una descripción adicional de los mártires cristianos. Sabemos por lo
que enseña Apocalipsis 13:15 que aquellos que rehusaban adorar la imagen de la
bestia serían matados.
6. ¿Apocalipsis 20 habla sobre
el reinado milenial en su pasaje donde dice que resucitaron y reinaron con él
mil años?
R/ puede referirse a una
resurrección física (véanse, p. ej. Mi. 9:18; Ro. 14:9; 2 Co. 13:4; Ap. 2:8).
La pregunta es, sin embargo, si esto es lo que la palabra significa aquí.
Que Juan está hablando de
cierto tipo de resurrección se ve claramente en la segunda frase del versículo
5: "Esta es la primera resurrección"-palabras que obviamente se
refieren a los que "revivieron y reinaron con Cristo" del versículo
4. ¿Pero es esta "primera resurrección" una resurrección física-un
levantarse corporalmente de entre los muertos? Parecería que no, dado que la
resurrección del cuerpo de entre los muertos es mencionada más adelante en este
capítulo, en los versículos 11-13, como algo diferente de lo que aquí se
describe. Los premilenialistas opinan que lo que se describe en los versículos
11-13 es la resurrección de los incrédulos que, dicen ellos, ocurre después del
milenio, ya que la resurrección de los creyentes ha ocurrido antes del milenio.
Esta separación de mil años entre la resurrección de los incrédulos y la de los
creyentes, sin embargo, debe ser disputada, especialmente si se tienen en
cuenta las palabras de Jesús que aparecen en Juan 5:28-29: "Porque vendrá
hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron
lo bueno saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo a
resurrección de condenación" (bastardilla por indicación mía).6 Además, el
punto de vista que la resurrección descrita en Apocalipsis 20:11-13 es
solamente la resurrección de los incrédulos no puede ser probada. Si bien se
dice que si el nombre de alguno no aparecía escrito en el libro de la vida, el
mismo era arrojado al lago de fuego (v. 15), estas palabras no prueban que
ninguno de los resucitados s tuviese su nombre escrito en el libro de la vida.
Llegamos entonces a la conclusión que lo que se describe al final del capítulo
es la resurrección general, y que lo que se describe en la última cláusula de
20:4 debe ser algo diferente de una resurrección física o corporal.
7. ¿qué significado tiene en
apocalipsis cuando asegura que otros nov volvieron a vivir?
R/ "Pero los otros muertos no volvieron a
vivir (ezesan) hasta que se cumplieron los mil años". La palabra ezesan,
según se la utiliza en esta frase, debe significar lo mismo que significó en la
frase precedente. En ninguno de los dos casos significa resurrección corporal.
Juan aquí está hablando de los incrédulos muertos-los "otros
muertos", distinguiéndolos de los creyentes muertos que ha estado
describiendo recién. Cuando él dice que los otros muertos no vivieron o no
revivieron, él quiere decir exactamente lo opuesto a lo que acaba de decir
respecto a los creyentes muertos. Los incrédulos muertos, dice él, no vivieron
ni reinaron con Cristo durante el período de mil años. En tanto que los
creyentes disfrutan después de la muerte de un nuevo tipo de vida en el cielo
con Cristo, en la que comparten el reinado de Cristo, los incrédulos después de
la muerte no comparten nada de esta vida ni de este reinado.
Que esto es cierto durante
todo el período de mil años queda indicado por las palabras "hasta que se
cumplieron los mil años" (achri telesthe ta chilia ete). La palabra griega
que aquí se traduce "hasta", achri, significa que lo que ha sido
dicho se mantiene así durante toda la duración del período de mil años. El uso
de la palabra hasta no significa que estos muertos incrédulos vivirán o
reinarán con Cristo después que haya terminado este período. Si tal fuera el caso,
hubiéramos esperado una clara afirmación al respecto. Nótese que encontramos la
expresión "hasta que fuesen cumplidos mil años" también en el
versículo 3 de este capítulo. Pero allí la expresión es seguida por una clara
afirmación que indica que algo diferente sucederá al fin de los mil años:
"Después de esto [el diablo, cuyo encadenamiento se acaba de describir]
debe ser desatado por un poco de tiempo". En el versículo 5, sin embargo,
las palabras "hasta que se cumplieron mil años" no son seguidas por otra
afirmación que indique que estos muertos vivirán o volverán a vivir después de
que se hayan cumplido los mil años.
Más adelante en este
capítulo, sin embargo, tenemos una clara enseñanza respecto a lo que sucede con
estos incrédulos muertos una vez que hayan pasado los mil años. Lo que sucede
en aquel momento con "los otros muertos" es descrito en el versículo
6 como "la segunda muerte". Cuando se dice en el versículo 6 que
"la segunda muerte" no tiene poder sobre los creyentes muertos, esto
implica que "la segunda muerte" sí tiene poder sobre los incrédulos
muertos. ¿Qué quiere decir "la muerte segunda"? El versículo 14-10
explica: "Este lago de fuego es la muerte segunda" (BJer). La muerte
segunda significa, entonces, el castigo eterno posterior a la resurrección del
cuerpo. En consecuencia, habrá para los incrédulos.
8. ¿Qué quiere decir Juan con Esta es la primera
resurrección?
R/ Estas palabras describen lo que sucedió
con los creyentes muertos a quienes Juan describía al final del versículo 4,
antes de la expresión parentética recién considerada. A la luz de lo dicho
anteriormente, debemos entender que estas palabras no describen una
resurrección corporal sino más bien la transición de la muerte física a la vida
con Cristo en el cielo. Esta transición se llama aquí
"resurrección"-un uso poco habitual del término, sin duda, pero
perfectamente comprensible si se tiene en cuenta el trasfondo del contexto
precedente. Esta es, sin duda, una especie de resurrección, dado que gente
considerada muerta es vista ahora viva, en el verdadero sentido de la palabra.
La expresión "la primera resurrección" significa que seguramente
habrá una "segunda resurrección" (aunque no se usa esta expresión)
para estos creyentes muertos-la resurrección del cuerpo que ocurrirá cuando
Cristo regrese al fin del período de mil años.
9. ¿qué más
podemos entender sobre la primera resurrección?
R/ Juan acaba de referirse
no es una resurrección corporal. Porque si se pensara que son los creyentes
quienes son aquí resucitado s corporalmente, con cuerpos glorificados, entonces
ellos ya estarían disfrutando de la bienaventuranza plena y total de la vida
por venir en la cual "ya no habrá muerte" (Ap. 21:4), y no habría
necesidad de decir que sobre ellos ya no tiene poder la segunda muerte. “...
sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años"
(v. 6b). Durante todo este período de "mil años", por lo tanto, los
creyentes muertos adorarán a Dios y a Cristo como sacerdotes y reinarán con
Cristo como reyes. Y aunque Juan está aquí pensando solamente en el período que
se extiende hasta que Cristo regrese, los capítulos finales del Apocalipsis
indican que después del regreso de Cristo y de la resurrección del cuerpo estos
creyentes muertos podrán adorar a Dios, servir a Dios, y reinar con Cristo de
una manera aún más rica que la presente. Entonces adorarán y servirán a Dios
por toda la eternidad en una perfección libre de pecado con cuerpos
glorificados en la nueva tierra.
10. ¿la
interpretación amilianista del Apocalipsis?
R/ la interpretación
amilenialista de Apocalipsis 20:1-6.15 Visto de esta manera, el pasaje no dice
nada respecto a un reinado terrenal de Cristo sobre un reino principalmente
judío. Describe más bien el reinado con Cristo de las almas de los creyentes
muertos, un reinado que tiene lugar en los cielos entre la muerte de ellos y la
Segunda Venida de Cristo. Describe asimismo el encadenamiento de Satanás
durante la era presente de modo tal que él no pueda impedir la expansión del
evangelio.
Capítulo
17.
1.
¿Qué piensan los griegos sobre el cuerpo?
R/ Según los antiguos filósofos griegos, el cuerpo del hombre es malo
y es un impedimento para su existencia plena. De allí que en el momento de la
muerte el cuerpo se desintegra, en tanto que el alma continúa viviendo-no
existe aquí esperanza de una resurrección corporal.
2.
¿Qué piensa la biblia en relación a este tema?
R/ La Biblia, por el contrario, enseña que Dios creó al hombre cuerpo
y alma, y que el hombre no es un ser completo aparte de su cuerpo. Tanto la
encarnación como la resurrección corporal de Cristo comprueban que el cuerpo no
es malo, sino bueno. Por haber resucitado Cristo de entre los muertos, todos
los que son de Cristo también resucitarán con cuerpos glorificados.
3.
¿entonces qué pasa con los que ya murieron?
R/ aquellos que han muerto en Cristo están ahora disfrutando de una
felicidad provisional en el estado intermedio, su felicidad no será completa
hasta que sus cuerpos hayan resucitado de entre los muertos. La resurrección
del cuerpo es, por lo tanto, una doctrina singularmente cristiana.
4.
¿los premilianistas y los dispensacionalistas
como consideran la resurrección?
R/ Todos los premilenialistas enseñan que la resurrección de los
creyentes ocurrirá al principio del milenio, en tanto que la resurrección de
los incrédulos tendrá lugar al final del milenio. Los dispensacionalistas
añaden a estas, dos resurrecciones más: la resurrección de los santos de la
tribulación al fin de los siete años de la tribulación, y la resurrección de
los santos del milenio al fin del milenio.
5.
¿Qué dice la biblia sobre este pensamiento
sobre la resurrección?
R/ la Biblia enseña que la resurrección de los creyentes y de los
incrédulos sucederá conjuntamente. Uno de los más destacados pasajes del
Antiguo Testamento que trata de la resurrección de los muertos es Daniel 12:2:
"Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados,
unos para vida eterna y otros para vergüenza y confusión perpetua".
Notemos que el pasaje menciona la resurrección de los creyentes y de los impíos
al mismo tiempo, sin indicación alguna de que la resurrección de estos dos
grupos estuviere separada por un largo periodo de tiempo.
6.
¿Describe la palabra "hora", según el uso que se le da
en 5:28, un período de tiempo que podría llegar a ser de mil años?
R/ no. En primer lugar, para ser un paralelo a lo que ha sido
dicho en el versículo 25, la resurrección de los creyentes y de los incrédulos
debería tomar lugar a lo largo de este período de mil años, como es el caso con
la regeneración de gente durante la "hora" mencionada en el versículo
25. Pero, según la teoría que estamos analizando, tal no es el caso; más bien
esta teoría enseña que habrá una resurrección al principio de los mil años y
otra al fin. De esto, sin embargo, no hay indicación en este pasaje. Además,
nótense las palabras "todos los que están en los sepulcros oirán su
voz". Parecería que la referencia fuese a la resurrección general de todos
los que están en sus sepulcros; querer hacer que estas palabras describan a dos
grupos (o cuatro) de personas que serán resucitadas en momentos diferentes es
forzar el significado de las mismas. Lo que es más, este pasaje afirma
específicamente que todos estos muertos oirán la voz del Hijo del Hombre. La
clara implicación parece ser que su voz sonará una vez, no dos o cuatro veces.
Si la palabra "hora" es interpretada como una representación de un
período de más de mil años, esto significaría que la voz de Jesús continuaría
sonando durante mil años.
7.
¿qué más nos muestra la biblia con relación al punto de la
resurrección?
R/ la Biblia enseña que todos los creyentes serán resucitados en
el momento de la Segunda Venida de Cristo, que es llamado "el día
postrero". Los pasajes que enseñan que la resurrección de los creyentes
ocurrirá en el tiempo de la Segunda Venida incluyen los siguientes: 1 Tesalonicenses 4:16:
"Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero .... "; Filipenses 3:20-21: "Mas nuestra ciudadanía está en
los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el
cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la
gloria suya .... "; Y 1 Corintios 15:23: "Pero cada uno en su debido
orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida".
Cuando nos dirigimos al sexto capítulo del Evangelio según Juan, sin embargo,
vemos que el tiempo en el cual los creyentes serán res u citado s de los
muertos es llamado por Jesús "el día postrero": "Y esta es la
voluntad del que me ha enviado: que todo aquel que vea al Hijo, y crea en él,
tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día postrero" (v. 40; cf. vv.
39, 44 Y 54). Según el premilenialismo, tanto el histórico como el
dispensacionalista, se supone que el momento en que los creyentes han de ser
resucitados será por lo menos anterior en mil años a la introducción del estado
final.
8.
¿nos podemos basar en 1 Tesalonicenses 4:16
y 1 Corintios 15:23-24, para decir que Dios viene en dos fases?
R/ no son decisivos. Uno de los argumentos que tiene su base en
estos pasajes es que en ninguno de ellos se menciona a los incrédulos; de allí
la suposición de que la resurrección de los creyentes sucederá en un tiempo
diferente al de la resurrección de los incrédulos. Pero la razón por la que
Pablo no menciona a los incrédulos en ninguno de estos dos pasajes es que él se
está ocupando solamente de la resurrección de los creyentes, la que difiere en
principio de la de los incrédulos. Cuando Pablo describe los beneficios que el
cristiano recibe de Cristo a través de su resurrección, no le es posible
incluir a los incrédulos, ya que estos últimos no reciben tales beneficios. El
hecho de que Pablo no mencione a los incrédulos en ninguno de estos textos de
ninguna manera prueba que los incrédulos no resucitan de entre los muertos al mismo
tiempo que los creyentes. Parte de 1 Tesalonicenses 4:16, pasaje que acabamos
de citar, dice: "Y los muertos en Cristo resucitarán primero".
Algunos premilenialistas sostienen que la expresión "resucitarán
primero" significa que los creyentes serán resucitados antes que los
incrédulos. Pero aun una rápida lectura del pasaje dejará ver que el contraste
aquí trazado no es entre la resurrección de los creyentes y la de los
incrédulos, sino entre la resurrección de los muertos en Cristo y el arrebato
de los creyentes que estén todavía vivos cuando regrese Cristo. Pablo está
diciendo a los tesalonicenses que la resurrección de los creyentes muertos
precederá en el momento de la Parusía a la transformación y el arrebato de los
creyentes vivos.
1
Corintios 15:23-24 dice lo siguiente: "Pero cada uno en su debido orden:
Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin,
cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio,
toda autoridad y potencia". La interpretación que encuentra en este pasaje
una posible referencia al milenio, ya ha sido analizada y contestada
anteriormente.1° Así como no hay en este pasaje ninguna evidencia concluyente
respecto a un futuro reinado terrenal de mil años, tampoco hay aquí ninguna
evidencia decisiva de que los incrédulos serán resucitados mucho tiempo después
de que los creyentes hayan sido resucitados.
9.
¿El
cuerpo del creyente al resucitar es un cuerpo físico?
R/El cuerpo de resurrección
del creyente, como hemos visto, será como el cuerpo de resurrección de Cristo.
Pero el cuerpo de resurrección de Cristo era precisamente un cuerpo físico; él
podía ser tocado (Jn. 20:17, 27) Y podía comer (Lc. 24:38-43). Por otra parte,
la palabra espiritual (pneumatikos) no describe lo que es inmaterial o no
físico. Nótese, por ejemplo, como Pablo usa este mismo contraste en la misma
epístola, capítulo 2:14-15: "Pero el hombre natural (psychikos) no percibe
las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las
puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el
espiritual (pneumatikos) juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de
nadie". Aquí vemos como se usan los mismos dos vocablos griegos, psychikos
y pneumatikos que en 15:44. Pero espiritual (pneumatikos) no quiere decir aquí
no físico. Significa más bien alguien guiado por el Espíritu Santo, al menos en
principio, a distinción de alguien que es guiado solamente por sus impulsos
naturales. De modo similar, el cuerpo natural al que se hace referencia en
15:44 es uno que es parte de esta existencia presente y maldita por el pecado;
pero el cuerpo espiritual de la resurrección es uno que será totalmente, no
sólo parcialmente, dominado y dirigido por el Espíritu Santo.
10.
Posemos decir que la biblia habla claramente
sobre la resurrección del cuerpo?
R/ nos dice muy poco sobre la verdadera naturaleza del cuerpo de la
resurrección. Se nos dan algunas intimaciones, pero hay mucho que queda sin
expresar. De hecho, es interesante observar que mucho de lo que la Biblia dice
respecto a la existencia futura se formula en términos de negaciones: la
ausencia de corrupción, debilidad y deshonra; la ausencia de muerte; la
ausencia de lágrimas, lamentos, llanto, o dolor (1 Co. 15:42-43; Ap. 21:4).
Sabemos algo respecto a lo que no experimentaremos pero sabemos poco de lo que
sí experimentaremos. Todo lo que sabemos es que será maravilloso, más allá de
nuestra más exaltada imaginación. Ciertas palabras que Pablo dijo en relación
con otro tema quizá sean también aplicables aquí: "Cosas que ojo no vio,
ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado
para los que le aman" (1 Co. 2:9).
Capítulo 18.
1.
¿Cuál será entonces el propósito del juicio final?
(1) El propósito
sobresaliente del juicio será el de desplegar la soberanía de Dios y la gloria
de Dios en la revelación del destino final de cada persona. Hasta este momento
el destino final de cada ser humano ha estado oculto; ahora dicho destino será
revelado, junto con la fe que cada uno ha o no ha tenido, los hechos que cada
uno ha efectuado y la vida que cada uno ha vivido. En la publicación de estos
hechos la gracia de Dios será magnificada en la salvación de su pueblo, y su
justicia será magnificada en la condenación de sus enemigos. En consecuencia,
lo primordial en el día del juicio no es el destino de los individuos sino la
gloria de Dios. (2) El segundo propósito será el grado de recompensa o de
castigo que cada uno recibirá. Dado que dichos grados están íntimamente
relacionados con la vida que la gente ha vivido, este asunto deberá ser
definido en el momento del juicio final. (3) El tercer propósito es el de
ejecutar el juicio de Dios sobre cada persona. Dios asignará ahora a cada
persona el lugar en el que pasará la eternidad: sea la nueva tierra o el lugar
final de castigo.
(2)
¿Que diremos respecto al tiempo del juicio final?.
R/ Los dispensacionalistas distinguen una cierta
cantidad de juicios separados: el juicio de las obras de los creyentes en el
momento de la parusia o arrebato, el juicio individual de los gentiles
justamente antes del milenio, el juicio de Israel poco antes del milenio, y el
juicio de los muertos impíos después del milenio. En el capítulo anterior hemos
examinado las enseñanzas dispensacionalistas respecto a resurrecciones
múltiples y las hemos encontrado faltas; se dio asimismo evidencia a favor de
la doctrina que habrá una resurrección general de todos los muertos cuando
Cristo regrese. Lo que la Biblia enseña respecto a la resurrección general significa
que no habrá cuatro juicios diferentes, sino un solo juicio final, ya que se
dice que el juicio final seguirá a la resurrección.
3.
¿Cuándo tendrá lugar el juicio final?
R/ Si bien no lo podemos ubicar con precisión en una escala
temporal escatológica, podemos decir que el juicio ocurrirá al fin de la era
presente. Pedro nos dice que el cielo y la tierra que ahora existen están
siendo guardados hasta el día del juicio (2 P. 3:7), lo que quiere decir que
los nuevos cielos y la nueva tierra comenzarán a existir después del juicio (v.
13). En su explicación de la parábola de la cizaña, Jesús indica que la
ejecución de los destinos finales de los hombres, otro aspecto del juicio
final, ocurrirá al fin de la era (Mí. 13:40-43). Otros pasajes bíblicos sugieren
que el juicio tendrá lugar en el tiempo de la Segunda Venida de Cristo. Jesús
dijo: "Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos
ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas
ante él todas las naciones; y apartará los unos de los otros... “(Mí.
25:31-32). Encontramos lo mismo en la enseñanza de Pablo en 2 Tesalonicenses
1:7-10. Además, Apocalipsis 20 nos enseña que el juicio seguirá a la
resurrección general: "Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante
Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el
libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban
escritas en los libros según sus obras" (v. 12).
4.
¿Y qué diremos con respecto a la duración del juicio final?
R/ La Biblia habla del "día del juicio" (Mí. 11:22), de
"aquel día" (Mí. 7:22; 2 Ts. 1:10; 2 Ti. 1:12) y del "día de la
ira" (Ro. 2:5). No necesitamos presumir que el día del juicio será un día
de veinticuatro horas; la palabra día se usa a veces en las Escrituras para
indicar un período mucho más largo. Sin embargo, sugerir-como lo hacen los
Testigos de Jehová-que el día del juicio se extenderá a lo largo de los
primeros mil años del nuevo mundo parece no tener ningún fundamento.
Nos
volvemos ahora a las circunstancias del juicio final. La primera pregunta que
hacemos es: ¿Quien será el Juez? Hay varios pasajes bíblicos que adjudican el
juicio a Dios Padre. 1 Pedro 1:17 habla de invocar por Padre a aquel que juzga
a cada uno imparcialmente según sus obras. Romanos 14:10 menciona el tribunal
de Dios (también Mt. 18:35; 2 Ts. 1:5; Heb. 11:6; Stg. 4:12; y 1 P. 2:23). Lo
que se dice más a menudo, y lo que es más característico de la enseñanza del
Nuevo Testamento respecto al tema, es que Cristo será el Juez. En Juan 5:22
leemos: "El Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio lo dio al Hijo...
“En su discurso a los atenienses, Pablo dice: "Dios ha establecido un día
en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando
fe a todos con haberle levantado de los muertos" (Hch. 17:31). En 2
Timoteo 4:8 Pablo habla de: "la corona de justicia, la cual me dará el
Señor, juez justo, en aquél día... "Y en 2 Corintios 5:10 Pablo escribe:
"Porque es necesario que comparezcamos ante el tribunal de Cristo... “(cf.
también Jn. 5:27; Hch. 10:42; Ro. 14:9; Mí. 25:32; y 2 Ti. 4:1).
5.
¿Quiénes serán juzgados?
R/ Que los ángeles serán juzgados es algo evidente a partir de 1
Corintios 6:2-3, pasaje que ya hemos citado. Pedro en su segunda epístola habla
específicamente del juicio de los ángeles caídos: “... Dios no perdonó a los
ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno (en griego, tartarys)
los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados a juicio... "(2
P. 2:4). La misma intención tienen las palabras de Judas 6: "Ya los
ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada,
los ha guardado bajo oscuridad en prisiones eternas para el juicio del gran
día... "
Las
Escrituras enseñan además que todos los seres humanos que han vivido tendrán
que comparecer ante este tribunal final. Según Mateo 25:32: "Serán
reunidas ante él [el Hijo del Hombre] todas las naciones". Según Romanos
2:5-6: "Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para
ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,
el cual pagará a cada uno conforme a sus obras... “Romanos 3:6 también nos
enseña que Dios juzgará al mundo. Y en la escena del juicio de Apocalipsis 20
encontramos a todos los muertos, grandes y pequeños, incluyendo a todos
aquellos que han sido entregados por el mar, por la muerte, y por el Hades,
presentes ante el trono del juicio (vv. 12-13).
Si todos los
hombres deben comparecer ante el tribunal, esto debe incluir también a todos
los creyentes. El Nuevo Testamento enseña esto muy explícitamente. Según 2
Corintios 5:10, nosotros, o sea nosotros "los creyentes", debemos
comparecer todos ante el tribunal de Cristo. En Hebreos 10:30 leemos: "El
Señor juzgará a su pueblo". En Romanos 14:10 Pablo les escribe a sus
hermanos creyentes lo siguiente: "Porque todos compareceremos ante el
tribunal de Cristo... “(cf. Stg. 3:1; 1 P. 4:17). Si bien los creyentes deberán
comparecer todos ante el tribunal, no deben temerle al día del juicio. Pues,
ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús (Ro. 8:1), y
aquellos que permanecen en Dios pueden tener confianza en el día del juicio (1
Jn. 4:17). La feliz anticipación que tiene el creyente del día del juicio está
bien expresada en la respuesta a la pregunta 52 del Catecismo de Heidelberg:
Que yo, en toda tribulación y persecución, alta la frente, aguardo del cielo al
juez que antes sufrió por mi el juicio de Dios y me ha librado de toda maldición,
y que condenara eternamente a sus enemigos y los míos, pero a mí me llevara con
todos los elegidos al gozo y a la gloria celestiales.
6.
¿Qué se juzgará?
R/ Todas las cosas que hayan sido hechas en esta vida presente. 2
Corintios 5:10 es muy claro al respecto: "Porque es necesario que todos
nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo
que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo". Todo
lo que una persona ha hecho es expresión de la dirección básica de su corazón,
y por lo tanto será tomado en cuenta en el día del juicio. Esto incluye los
hechos, las palabras y los pensamientos de la persona. Que los hechos están
incluidos, lo vemos en Mateo 25:35-40: "Porque tuve hambre, y me disteis
de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis;
estuve desnudo y me cubristeis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel, y
vinisteis a mí... De cierto os digo que cuando lo hicisteis a uno de estos mis
hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis". En Apocalipsis 20:12 se afirma específicamente lo siguiente:
"Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los
libros, según sus obras" (cf. 1 Co. 3:8; 1 P. 1:17; Ap. 22:12). Demás está
decir que tanto las buenas como las malas obras serán tomadas en cuenta.
Conviene notar, aparte del pasaje de Mateo que recién hemos citado, Efesios
6:8: "Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ese recibirá del Señor,
sea siervo o sea libre"; y Hebreos 6:10: "Porque Dios no es injusto para
olvidar vuestra obra y el amor que habéis mostrado, habiendo servido a los
santos y sirviéndolos aún". El
día del juicio también tendrá que ver con las palabras que hemos dicho. Jesús
nos dice en Mateo 12:36: "Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que
hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio". Aun los
pensamientos de los hombres serán juzgados, como lo evidencia 1 Corintios 4:5:
"Así que no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el
cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, Y manifestará las intenciones
(o designios, BJer; en griego, boulas) de los corazones" (cf. Ro. 2:16).
En suma, no hay nada que ahora esté escondido que no será revelado en el día
del juicio (cf. Lc. 12:2; Mt. 6:4, 6, 18; 10:26; 1 Ti. 5:24-25).
A veces se
dice que los pecados de los creyentes, que Dios ha perdonado, borrado, y
arrojado al mar del olvido, no serán mencionados en el día del juicio. Sin
embargo, si es cierto que no hay nada oculto que no haya de ser revelado, y que
el juicio tendrá que ver con todos nuestros hechos, palabras y pensamientos,
seguramente los pecados de los creyentes también serán revelados ese día. En
realidad, si es cierto que aun las mejores obras de los creyentes están
contaminadas de pecado (véanse Is. 64:6; Ro. 3:23; Stg. 3:2), ¿cómo puede acto
alguno de los creyentes ser revelado sin algún reconocimiento de pecado e
imperfección? Pablo enseña en 1 Corintios 3:10-15 que algunos creyentes
edifican sobre un fundamento de fe en Cristo con materiales inferiores tales como
madera, heno, y hojarasca-éstos serán salvos pero sufrirán pérdida. Los
fracasos y las fallas de tales creyentes, por lo tanto, aparecerán en la escena
en el día del juicio. Pero-y este es el punto importante-los pecados y las
fallas de los creyentes serán revelados en el juicio como pecados perdonados,
cuya culpa ha sido totalmente cubierta por la sangre de Cristo. Por lo tanto,
como se dijera antes, los creyentes nada tienen que temer del juicio-aunque el
conocimiento de que tendrán que dar cuenta de todo lo que hayan hecho, dicho y
pensado debería ser para ellos un incentivo constante para una lucha diligente
en contra del pecado, para un servicio cristiano dedicado, y para una vida
consagrada.
7.
¿Cuál será la norma por la cual serán juzgados los
hombres?
R/ La norma
será la voluntad revelada de Dios, pero ésta no será la misma para todos.
Algunos han recibido una revelación más completa de la voluntad de Dios que
otros; Mateo 11:20-22 hace claro que aquellos que han recibido una revelación
de Dios mayor que otros tendrán una correspondiente mayor responsabilidad:
"Entonces [Jesús] comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había
hecho muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido: ¡Ay de ti,
Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho
los milagros que han sido hechos en vosotros, tiempo ha que se hubieran
arrepentido en cilicio y en ceniza. Por tanto os digo que en el día del juicio,
será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotros".
En otras
palabras, aquellos que han recibido la plena revelación de la voluntad de Dios
manifestada en el Antiguo y en el Nuevo Testamento serán juzgados por su
respuesta a toda la Biblia. Aquellos que solamente habían tenido la revelación
del Antiguo Testamento serán juzgados por sus respuestas al Antiguo Testamento.
A favor de esto, cabe recordar que los profetas del Antiguo Testamento
repetidamente advirtieron a sus oyentes que debían vivir de acuerdo con lo que
Dios les había revelado, para encontrar así paz, felicidad y salvación. Sobre
este tema es muy reveladora la parábola que contó Jesús respecto al hombre rico
y Lázaro que encontramos en Lucas 16. Cuando el rico le pregunta a Abraham si
Lázaro puede resucitar de entre los muertos para advertir a los hermanos de
aquel que todavía viven en la tierra respecto al lugar del tormento, Abraham le
dice: "Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque
alguno se levantare de los muertos" (v. 31).
No obstante,
aquellos que no recibieron ni la revelación que se encuentra en el Antiguo
Testamento ni la que aparece en el Nuevo serán juzgados en términos de la luz
que hubieren recibido. Romanos 1:18-21 nos enseña que aquellos que solamente
han tenido la revelación de Dios en la naturaleza no tienen excusa si dejan de
honrar a Dios como Dios: "Porque la ira de Dios se revela desde el cielo
contra la impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la
verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de
las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios
no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias... “y en Romanos 2
observamos que el juicio de Dios sobre aquellos que no han tenido la total
revelación de su voluntad se basará en su respuesta a "las obras de la ley
escritas en sus corazones": "Porque todos los que sin ley han pecado,
sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley
serán juzgados ... Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por
naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí
mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio
su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en
que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi
evangelio" (vv. 12, 14-16).
8.
¿por qué enseña la Biblia de modo tan consistente que
el juicio final será según las obras?
R/ Porque el
Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles. Y entonces
pagará a cada uno conforme a sus obras (MI. 16:27). [Dios] pagará a cada uno
conforme a sus obras (Ro. 2:6). Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie
ante Dios... y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas
en los libros según sus obras (Ap. 20:12). He aquí yo vengo pronto, y mi
galardón conmigo para recompensar a cada uno según su obra (Ap. 22:12).
La razón por
la cual la Biblia enseña que el juicio final será según las obras, aunque la
salvación viene mediante la fe en Cristo y nunca es ganada por obras, es la
íntima relación que hay entre la fe y las obras. La fe debe revelarse en las
obras, y las obras a su vez son la evidencia de la verdadera fe. Como dijera
una vez Juan Calvino: "Es la fe sola la que justifica, pero la fe que
justifica no viene sola",13 Que esto es cierto queda bien en claro si
tomamos en consideración pasajes de las Escrituras tales como Santiago 2:26
("Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin
obras está muerta") y Gálatas 5:6 ("Porque en Cristo Jesús ni la
circuncisión vale algo, ni la in circuncisión, sino la fe que obra por el
amor"). Nótese también las palabras de Jesús en Mateo 7:21: "No todo
el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que
hacer la voluntad de mi padre que está en los cielos". El juicio según las
obras, en otras palabras, será realmente un juicio respecto a la fe---es decir,
fe según se manifiesta en su evidencia. Si la fe era genuina, las obras estarán
allí; si las obras no están allí, la fe no era real. Santiago formula esto de
un modo muy importante: "Pero alguno dirá: 'Tú tienes fe y yo tengo
obras'. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis
obras" (2:18).
En relación
con esto, miremos más de cerca la escena del juicio que encontramos en Mateo
25:31-46. El Hijo del Hombre ha regresado en su gloria y está sentado en su
trono de juicio. Todas las naciones están reunidas ante él y el rey procede
ahora a separar las "ovejas" a su derecha de las "cabras" a
su izquierda. Nótese que la decisión respecto al destino final tanto de las
cabras como de las ovejas es dada primero. En el caso de las "ovejas",
la decisión es ésta: "Venid, benditos de mi padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la fundación del mundo... “(v. 34). Este juicio,
en otras palabras, no es una investigación de las vidas de las
"ovejas" para determinar si han hecho suficientes buenas obras para
merecer el reino preparado para ellos, sino más bien una decisión
misericordiosa respecto a su destino final, la cual es seguida por una
revelación pública de las razones por las que esta decisión es correcta y
justa. Y si ahora volvemos a considerar el versículo 34 un poco más de cerca,
veremos que todo pensamiento de mérito está excluido aquí. Las
"ovejas" son "los benditos de mi padre"-los objetos del
favor inmerecido del Padre. Se dice que ellos heredarán el reino--una herencia,
sin embargo, nunca es ganada sino que es siempre recibida como un don. Del
reino que ellos están por heredar se dice que ha sido preparado para ellos
desde la fundación del mundo--nuevamente tenemos evidencia de la misericordiosa
elección de ellos por parte del Padre desde la eternidad, una elección basada
no en el mérito sino en la gracia.
9.
¿Qué quiere decir pérdida?
R/No puede
significar la pérdida de la salvación-véase el versículo 15. La pérdida que
este hombre sufre debe ser la pérdida de la recompensa. Este hombre será
salvado como "quien pasa a través del fuego" (BJer) como un hombre
que escapa de un edificio que se está quemando, habiendo perdido todas sus
posesiones menos la ropa que lleva puesta. Que este pasaje habla de una
recompensa que algunos creyentes reciben y que otros no reciben es algo obvio.
Esa recompensa será proporcional a la clase de materiales con los cuales el
hombre haya edificado sobre el fundamento de la fe en Cristo-en otras palabras,
proporcional a la calidad de su vida cristiana.
Que habrá
tales recompensas para los creyentes es algo que está bien claro. Jesús
frecuentemente menciona recompensas (véase Mt. 5:11-12; 6:19-21; Lc. 6:35; Mr.
9:41; Mt. 25:23). Pero Jesús deja bien en claro que tales recompensas no son
merecidas sino que son dones de la gracia de Dios. Nótese en particular sus
palabras en Lucas 17:10: "Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo
lo que os ha sido ordenado, decid: 'Siervos inútiles somos, pues lo que
debíamos hacer, hicimos' ". El Catecismo de Heidelberg expresa el mismo
pensamiento en la respuesta a la pregunta 63: "Esta remuneración no se da
por merecimiento, sino por gracia".
La relación
entre nuestras obras y nuestra recompensa futura, sin embargo, no debería ser
entendida de un modo mecánico, sino más bien de un modo orgánico. Cuando una
persona ha estudiado la música y ha logrado cierta capacidad de tocar un
instrumento musical, su capacidad de disfrutar la música ha sido aumentada de
gran manera. De modo similar, nuestra devoción a Cristo y al servicio en su
reino aumenta nuestra capacidad de disfrutar las bendiciones de tal reino,
tanto ahora como en la vida por venir. León Morris formula esto muy aptamente:
"Ya aquí y ahora el hombre que se da de todo corazón al servicio de Cristo
conoce más del gozo del Señor que aquel que lo hace de poco ánimo. No tenemos
ningún fundamento, en el Nuevo Testamento que nos lleve a pensar que será
diferente en el cielo".
10.
¿Cuál, finalmente, es el significado del día del
juicio?
R/ (1) La
historia del mundo no es una sucesión sin fin de ciclos sin significado, sino
un movimiento hacia una meta. (2) El día del juicio revelará finalmente que la
salvación y la eterna bienaventuranza dependerán de la relación para con
Cristo Jesús. (3) El hecho de que el día del juicio sea ineludible subraya la
responsabilidad del hombre por su vida, y afirma la seriedad de la lucha moral
en la vida de toda persona, en especial en la vida del cristiano. (4) El día
del juicio significa el triunfo final de Dios y su obra redentora en la historia-la
conquista final y decisiva de todo mal y la revelación final de la victoria del
Cordero que fue inmolado. El día del juicio revelará, más allá de toda sombra
de duda, que al fin la voluntad de Dios será hecha perfectamente.
excelente articulo, gracias
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