lunes, 18 de marzo de 2013

Vestuario sacerdotal




Bueno ya se ha estudiado todo lo referente a lo que es la composición del tabernáculo y sus elementos que dan muestra de Jesús.
Ahora estudiaremos lo que es la vestimenta sacerdotal.

Las vestiduras de Aarón fueron para honra y hermosura, eran 6 piezas de vestiduras para el sumo sacerdote las cuales eran elaboradas en lino fino, estas piezas tenían el color de las cortinas del tabernáculo (azules, purpura, o escarlata) y traía partes en oro.  

El Efob 28.5-14 

Tenía dos partes, una para el espaldar y otra para el frente. Estos se entretejían  en los hombres y con un cinto se unían en la cintura, sobre cada pieza del efob había una piedra de onice  y gravados sobre cada piedra estaban los nombres de seis tribus de Israel.  
El onice era proveniente de la tierra de Havila Génesis 2.11-12  (y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice.) salomon utilizo esta piedra en la construcción del templo 1 Cronicas 29.9 (Yo con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios, oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las de bronce, hierro para las de hierro, y madera para las de madera; y piedras de ónice, piedras preciosas, piedras negras, piedras de diversos colores, y toda clase de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia.) en el pectoral la piedra de onice se utiliza como la undécima, la cual fue gravada con el nombre de Jose el undécimo hijo de Jacob. El onice o en griego Onxy es una piedra semi preciosa que nos habla de cristo hombre y Dios, también de la iglesia la cual se encuentra en un vehículo como la carne que puede traer pecado pero su esencia es divina.

El pectoral:
 se encontraba hecho con los mismos materiales que el Efob con una medida de 20 milímetros cuadrados. Tenía incrustaciones de doce piedras preciosas  donde estaban gravados los nombres de las 12 tribus de Israel, el pectoral se unía en las hombreras del sacerdote  con hilos de oro y anillos de oro los cuales sostenían al efob también.

 Los nombres de las tribus se encontraban en los hombros y al lado del corazón del sacerdote , el hombro como lugar de fuerza de Dios y el corazón como lugar de amor de Dios para sus escogidos.  Esto demuestra lo que en señor Jesús nos enseña de descansar en el el cual lleva nuestros nombres ante el padre.

Urin y Tumin:
Estas palabras significan “luces y perfecciones” “culpable o inocente” estas eran piedras preciosas las cuales utilizaba el sumo sacerdote para buscar la voluntad de Dios , (1 Samuel 23.9 y 30.7) la palabra juicio habla de la decisión de Dios ante la petición del sacerdote.

El manto azul:



 Debajo del Efob el sumo sacerdote utilizaba un manto de color Azul, el cual era hecho de una sola pieza tenia diseño de frutas conocidas  como granadas eran grabadas en este manto con hilos azules, purpuras y escarlatas. Entre las frutas se les colocaba un sonajero o campanita de oro que permitía que el sacerdote al caminar sonara y diera muestra de que aún estaba con vida cuando se encontraba en la presencia de Dios. Esto nos habla del caminar de un cristiano el cual debe mostrar frutos de lo que Jesús ha hecho en su vida. Como entramos a la presencia de Dios a servir y que ven u oyen los demás sobre nosotros.

El turbante: 
el turbante le permitía el sacerdote mostrar su importancia ante el pueblo y ante Dios, en la parte delantera del turbante traía una inscripción que decía Santidad a Jehová, este sello daba la responsabilidad de vigilar como se estaba ofreciendo sacrificios a Dios nos habla del sumo sacerdote Jesús Hebreos 9.12 y Hebreros 7.16. el turbante , la túnica y los calzoncillo  eran elaborados con lino fino que nos indican santidad y renovación , hay una promesa de que nuestras vestiduras serán lavadas y santificadas en lino fino como sacerdotes del altísimo.

jueves, 14 de marzo de 2013

Reformados siempre en reforma



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(texto tomado de focoreformado.bligoo.cil)
En el último encuentro distrital de la Quinta Región reflexionamos sobre el lema “Iglesia Reformada Siempre Reformándose”.  Las ponencias abarcaron sobre la renovación personal y espiritual en base a Romanos 12.2, el planteamiento de estar conformándose y/o deformándose como iglesia en base al libro de Nehemías, y también el origen y aplicación correcta del lema Iglesia reformada siempre reformándose. Comparto con ustedes la ponencia que me correspondió sobre el origen y aplicación del lema que nos convocó. El teólogo reformado Michael Horton desarrolla este tema en el link:http://www.ligonier.org/learn/articl/semper-reformanda/
En estos tiempos escuchamos en los círculos protestantes, ya sea de la línea conservadora o liberal, la famosa frase "Reformado  siempre reformándose", o tal vez "siempre reformándose." En nuestra IPNA también la balbuceamos. Se escucha de personas que quieren que la iglesia reformada sea más abierta, yendo más allá de la fe y la práctica que  ha confesado en los estándares doctrinales como la Confesión de Fe y catecismos de Westminster. Incluso en círculos reformados, en los últimos tiempos, han surgido varios movimientos que cuestionan estos estándares de Fe y dicen, ¿Cómo puede que las confesiones y catecismos escritos en los siglos XVI y XVII, sean guía de nuestra doctrina,  vida, y  culto en el siglo XXI? Protestantes liberales invocan con frecuencia esta frase para justificar su cautiverio con el espíritu de la época contemporánea, pero algunos protestantes conservadores también la usan para fomentar una definición más amplia de lo que significa ser reformado.
Pero ¿de dónde proviene la frase “Iglesia reformada siempre reformándose”? Su primera aparición fue en 1674, en las devociones de Jodocus van Lodenstein, un holandés importante en el pietismo reformado, movimiento conocido como la segunda reforma holandesa. Planteaba en su escrito algo así como, “la Reforma reformó la doctrina de la Iglesia”. Pero planteaba que  era más necesario estar reformando siempre las vidas y las prácticas del pueblo de Dios.
Van Lodenstein, no solamente estaba comprometido con la enseñanza de la confesión reformada y el catecismo, sino que también quería ver que la enseñanza se aplicará más a fondo y se entendiera mejor. Su frase quedaría como: "La iglesia es reformada, y siempre [en necesidad de] ser reformada, según la Palabra de Dios." El verbo es pasivo: la Iglesia no está "siempre  reformándose", sino está "siempre siendo reformada" por el Espíritu de Dios a través de la Palabra. Aunque los reformadores mismos no utilizaron este lema, sin duda refleja lo que estaban haciendo, es decir, reformando la iglesia.
Cada cláusula es crucial. En primer lugar, la Iglesia es Reformada, y esto debe ser escrito con mayúscula "R". Los credos ecuménicos confiesan la fe que todos compartimos a través de una multitud de culturas y épocas. Del mismo modo, las estándares reformados (como la Confesión de Fe y Catecismos de Westminster) resumen lo que los cristianos reformados creemos que es la clara enseñanza de la Palabra de Dios. Las iglesias como instituciones siempre van a cambiar en forma significativa en función de su tiempo y lugar, pero estas normas o símbolos confesionales sobre  Jesucristo son resúmenes fieles de "la fe una vez dada a los santos".
Nuestros antepasados, que invocaron esta frase tenían en mente la consolidación de la cristiandad universal y evangélica encarnada en las confesiones y catecismos reformados. Hay una razón por la que esta sección de la Reforma se llamó "reformada". A diferencia de los anabaptistas, las iglesias reformadas entendían que eran como una rama permanente de la Iglesia Católica. Al mismo tiempo, la Reforma quería reformar todo,  “de acuerdo a la Palabra de Dios.” No sólo la doctrina, sino también la adoración y la vida debe ser determinada por la Escritura y no por el capricho humano o la creatividad del hombre, ni las modas del momento.
Curiosamente, es una teóloga presbiteriana de largo recorrido, Anna Case-Winters, que llama la atención al  mal uso de nuestro lema “Iglesia reformada siempre reformándose".  Anna Winters dice que "en el contexto del siglo 16 el impulso que se refleja no era ni liberal ni conservador, sino radical, en el sentido de volver a la raíz." (Palabra de Dios) Esto se reflejó en el grito de guerra, “Sola Scriptura”. La Reforma no tenía ningún interés en el "cambio" como un fin en sí mismo. Como Calvino argumentó en su libro "La necesidad de reformar la Iglesia", los reformadores fueron acusados de innovación, cuando en realidad habían claras distorsiones  de la iglesia medieval respecto de la fe cristiana y del culto que requería una pronta recuperación de los principios apostólicos. Roma pretendía ser "siempre la misma," pero había acumulado una serie de doctrinas y prácticas que eran desconocidos para la antigua iglesia, y más aun para las Sagradas Escrituras.
La Iglesia es "siempre reformada, de acuerdo a la Palabra de Dios." Esto significa que una reforma es simplemente una reforma para buscar una mejor claridad y aplicación bíblica. Se puede decir, entonces que todos los que basan sus creencias en la Biblia, son por lo tanto "reformado", independientemente de si sus interpretaciones son consistentes con la confesión común de las iglesias reformadas. Sin duda hay muchas creencias y prácticas que los creyentes reformados marcan gran diferencia con otras expresiones cristianas. Lo cierto es que siempre debe permanecer abierto a la corrección de nuestros hermanos y hermanas de otras iglesias que han interpretado la Biblia de manera diferente, pero siguiendo una sana exégesis.
Sin embargo, las iglesias reformadas pertenecen a una tradición cristiana en particular con sus propias definiciones de su fe y práctica. Creemos que nuestras confesiones y catecismos representan fielmente el sistema de doctrina que se encuentra en la Sagrada Escritura. Creemos que una reforma no es sólo para ser bíblica, que ser bíblico es ser reformado. Es tan importante la expresión "reformada" como lo es la frase “de acuerdo a la Palabra de Dios”, que lamentablemente muchos liberales la omiten a menudo. También hay que observar que lo correcto no es decir “siempre reformada”, sino más bien "siempre en proceso de reforma", o “siempre siendo reformada”. Con esta observación, la iglesia se ve como un órgano activo, que está siempre revisando su doctrina, el culto y la disciplina a la luz de los principios bíblicos. Mientras que el progresismo se convierte en un fin en sí mismo, la iglesia se convierte en un espejo del mundo.
Pero sin embargo, debemos recordar que las iglesias reformadas siempre deben tener cuidado de no olvidar que sus normas doctrinales, estructurales, y de culto están subordinados a la Palabra de Dios antes que a las modas o corrientes del momento. La iglesia de Cristo fue reformada por la Palabra de Dios en la Reforma y en la era posterior a la Reforma. Fue traída de vuelta a la Palabra de Dios y el fruto de esa gran obra del Espíritu, nos sigue guiando a  través de los estándares de la fe reformada. Y, sin embargo la iglesia no sólo es reformada, sino que siempre se verá en la necesidad de ser reformada. Al igual que nuestra santificación personal, que es imperfecta, siempre necesita renovarse. No necesitamos ir más allá de los logros de la Reforma Protestante, pero permanentemente estaremos necesitados de una reforma de acuerdo a la Palabra de Dios.
No es porque la cultura siempre está cambiando y que tengamos que estar de acuerdo con los tiempos, sino porque estamos siempre en la necesidad de volver a ser orientados por la Palabra que está por encima de nosotros, individual y colectivamente en todos los tiempos. La iglesia no puede estar quieta, siempre debe ser una iglesia escuchando la Palabra que renueva. "La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Cristo" (Romanos 10:17). Personal y corporativamente, la Iglesia nace y se mantiene viva por el oír el Evangelio. La Iglesia siempre debe ser  receptora de los dones de Dios, y de su corrección. El Espíritu Santo no nos aparta de la Palabra, sino más bien nos dirige de nuevo a Cristo, así como se revela en las Escrituras. Tenemos la obligación de volver siempre nuestros oídos a la voz de nuestro Pastor, quien sostiene a la Iglesia y quien la renueva, así como el Apóstol Pablo nos exhorta en Romanos 12.2, a “renovar nuestra manera de pensar prestando atención a la voluntad de Dios, que es su Palabra”
En esta perspectiva no podemos hacer la tradición infalible, y tampoco pensar en comenzar de cero en cada generación. Cuando la Palabra de Dios es la fuente de nuestras vidas, nuestra lealtad última no es el pasado, como tal, o el presente o el futuro, sino nuestra lealtad debe ser siempre a la Palabra sobre todo poder terrenal. Ni detrás de nosotros, ni delante de nosotros, pero por encima de nosotros, nuestro Señor reina soberanamente sobre su Iglesia en todos los tiempos y lugares. Cuando invocamos la frase completa de nuestros antepasados reformados " Iglesia Reformada siempre siendo reformada de acuerdo a la Palabra de Dios", estamos confesando que pertenecemos a la Iglesia que siempre es sustentada y renovado por la Palabra de Dios en lugar del espíritu de la época. Coram Deo

Estudio escatologia tiempos finales



Capítulo 16.
1.       ¿quiere decir, entonces, que Satanás es atado o encadenado?
R/ quiere decir, entonces, que Satanás es atado o encadenado? En los tiempos del Antiguo Testamento, al menos en la era posabrahámica, todas las naciones del mundo, menos Israel estaban, por decirlo así, bajo el dominio de Satanás. En aquel entonces el pueblo de Israel era el recipiente de la revelación especial de Dios, de modo que ellos conocían la verdad de Dios respecto a ellos mismos, respecto a su pecaminosidad, y respecto al modo en que podían obtener el perdón de sus pecados (aunque debe admitirse que este conocimiento les fue dado en tipos y sombras, de modo que era incompleto). Durante este tiempo sin embargo, las otras naciones del mundo no conocían esta verdad, y por lo tanto andaban en la ignorancia y en el error (véase Hch. 17:30) a excepción de una que otra persona, familia, o ciudad que llegó a estar en contacto con la revelación especial de Dios. Uno podría decir que durante este tiempo estas naciones eran engañadas por Satanás, así como nuestros primeros padres habían sido engañados por Satanás cuando cayeron en pecado en el huerto de Edén.
Sin embargo, poco antes de su ascensión, Cristo les dio a sus discípulos su Gran Comisión: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones" (Mt. 28:19). Lo cual enseña que satanás ha sido atado para que no presente oposición a la evangelización.

2.       ¿Cómo es posible que evangelicemos, si Satanás continúa engañando a las naciones como lo ha hecho en el pasado?
R/ En Apocalipsis 20:1-3 Juan da una respuesta tranquilizadora a esta pregunta. Parafraseada, su respuesta dice algo así: "Durante la era del evangelio que acaba de ser introducida, Satanás no podrá continuar engañando a las naciones como lo hiciera en el pasado, porque él ha sido atado. En consecuencia, durante todo este período ustedes, discípulos de Cristo, podrán predicar el evangelio y hacer discípulos de todas las naciones".

3.       ¿Qué satanás se encuentre atado quiere decir que no puede hacer daña?
R/ No,  Esto no quiere decir que Satanás no pueda hacer ningún daño durante el tiempo en que esté atado. Sólo significa lo que Juan está diciendo aquí: que mientras Satanás esté atado no podrá engañar a las naciones para evitar que aprendan la verdad de Dios. Más adelante en este capítulo se nos dice que cuando los mil años terminen, Satanás será suelto de su prisión y saldrá a engañar a las naciones del mundo para reunirlas para luchar contra el pueblo de Dios (vv. 7-9). El no puede hacer esto, sin embargo, mientras esté atado. Llegamos entonces a la conclusión que el encadenamiento de Satanás durante la era del evangelio significa que, en primer lugar, él no puede impedir la diseminación del evangelio, y en segundo lugar, que él no puede reunir a todos los enemigos de Cristo para atacar a la iglesia.

4.       ¿Hay alguna indicación en el Nuevo Testamento de que Satanás fue atado en el tiempo de la primera venida de Cristo?
R/ Sí, la hay. Cuando los fariseos acusaban a Jesús de echar a los demonios por medio del poder de Satanás, Jesús contestó: "¿Cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata?" (Mt. 12:29). Es interesante notar que la palabra que Mateo usa para describir que el hombre fuerte es atado es la misma palabra que se usa en Apocalipsis 20 para describir la atadura de Satanás (el vocablo griego dea). Se podría decir que Jesús ató al diablo cuando triunfó sobre él en el desierto, al rehusar ceder a sus tentaciones. El hecho de que Jesús echaba a los demonios, según él nos enseña en este pasaje, era evidencia de su triunfo. Es cierto, uno podría responder que la atadura de Satanás descrita aquí tiene más relación con el echar demonios que con la predicación del evangelio. Pero yo contestaría que el echar demonios es una evidencia de la presencia del reino de Dios (Mt. 12:28), y que es precisamente porque el reino de Dios ha venido que el evangelio puede ahora ser predicado a todas las naciones (véase Mt. 13:24-30, 47-50).

Cuando los setenta regresaron de su misión de predicación, le dijeron a Jesús: "Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre". Jesús contestó: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo" (Lc. 10:17-18). Estas palabras, está demás decirlo, no deben ser interpretadas como si sugiriesen una caída literal de Satanás desde el cielo en aquel momento. Más bien debe entenderse que ellas significan que Jesús vio en las obras que sus discípulos hacían una indicación que al reino de Satanás se le acababa de asestar un golpe demoledor-o sea, que acababa de llevarse a cabo un cierto encadenamiento de Satanás, una cierta restricción de su poder. En esta ocasión la caída o atadura de Satanás está relacionada directamente con la actividad misionera de los discípulos de Jesús.

Otro pasaje que relaciona la restricción de las actividades de Satanás con la obra misionera de Cristo es Juan 12:31-32: "Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo". Es interesante notar que el verbo que se traduce "echar fuera" [ekballo) es un derivado de la misma raíz que la palabra utilizada en Apocalipsis 20:3: "Y lo arrojó [baIlo) [a Satanás] al abismo". Lo que es más importante aun, sin embargo, es la observación que la "expulsión" de Satanás aparece aquí relacionada con el hecho de que no sólo judíos sino gente de todas las naciones serán atraídos a Cristo al estar él colgado en la cruz.

La atadura o el encadenamiento de Satanás que se describe en Apocalipsis 20:1-3 significa, por lo tanto, que durante la era del evangelio, en la que ahora vivimos, la influencia de Satanás, aunque ciertamente no aniquilada, está restringida de tal manera que no puede impedir la difusión del evangelio por las naciones del mundo. Debido a la atadura de Satanás durante la era presente, las naciones no pueden conquistar a la iglesia, sino que la iglesia está conquistando a las naciones.

5.       ¿Quiénes se sientan sobre estos tronos?
R/ A efectos de contestar esta pregunta, debemos echar una mirada más adelante en el pasaje y observar que de aquellos a quienes Juan vio en esta visión se dice que "vivieron" (v. 4) o "revivieron" (BJer), y que se los distingue de "los otros muertos" mencionados en el versículo 5. Juan, en otras palabras, tiene una visión de cierta gente que ha muerto, y a quienes él distingue de otra gente que también ha muerto. Al examinar el versículo 4 con cuidado, parecería que Juan ve aquí dos clases de muertos: un grupo más grande de creyentes muertos, y un grupo menor de aquellos que murieron como mártires por la fe cristiana.

La primera fase del versículo 4 describe a creyentes que han muerto, a quienes Juan ve sentados sobre tronos, compartiendo el reinado de Cristo y ejerciendo su facultad de juzgar. Este reinado es el cumplimiento de una promesa registrada anteriormente en el libro de Apocalipsis: "Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono" (3:21).
A medida que la visión continúa, sin embargo, Juan ve a un grupo específico de creyentes, a saber, los mártires: "Y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos". Las palabras "las almas de los decapitados" obviamente se refieren a mártires-fieles cristianos que habían entregado sus vidas antes de negar a su Salvador. Este pasaje es, en realidad, un tipo de paralelo a un pasaje anterior del libro, a saber, Apocalipsis 6:9: "Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían". Cuando Juan añade que aquellos a quienes aquí describe "no habían adorado a la bestia ni a su imagen", está dando una descripción adicional de los mártires cristianos. Sabemos por lo que enseña Apocalipsis 13:15 que aquellos que rehusaban adorar la imagen de la bestia serían matados.

6.       ¿Apocalipsis 20 habla sobre el reinado milenial en su pasaje donde dice que resucitaron y reinaron con él mil años?
R/ puede referirse a una resurrección física (véanse, p. ej. Mi. 9:18; Ro. 14:9; 2 Co. 13:4; Ap. 2:8). La pregunta es, sin embargo, si esto es lo que la palabra significa aquí.
Que Juan está hablando de cierto tipo de resurrección se ve claramente en la segunda frase del versículo 5: "Esta es la primera resurrección"-palabras que obviamente se refieren a los que "revivieron y reinaron con Cristo" del versículo 4. ¿Pero es esta "primera resurrección" una resurrección física-un levantarse corporalmente de entre los muertos? Parecería que no, dado que la resurrección del cuerpo de entre los muertos es mencionada más adelante en este capítulo, en los versículos 11-13, como algo diferente de lo que aquí se describe. Los premilenialistas opinan que lo que se describe en los versículos 11-13 es la resurrección de los incrédulos que, dicen ellos, ocurre después del milenio, ya que la resurrección de los creyentes ha ocurrido antes del milenio. Esta separación de mil años entre la resurrección de los incrédulos y la de los creyentes, sin embargo, debe ser disputada, especialmente si se tienen en cuenta las palabras de Jesús que aparecen en Juan 5:28-29: "Porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo a resurrección de condenación" (bastardilla por indicación mía).6 Además, el punto de vista que la resurrección descrita en Apocalipsis 20:11-13 es solamente la resurrección de los incrédulos no puede ser probada. Si bien se dice que si el nombre de alguno no aparecía escrito en el libro de la vida, el mismo era arrojado al lago de fuego (v. 15), estas palabras no prueban que ninguno de los resucitados s tuviese su nombre escrito en el libro de la vida. Llegamos entonces a la conclusión que lo que se describe al final del capítulo es la resurrección general, y que lo que se describe en la última cláusula de 20:4 debe ser algo diferente de una resurrección física o corporal.

7.       ¿qué significado tiene en apocalipsis cuando asegura que otros nov volvieron a vivir?
R/  "Pero los otros muertos no volvieron a vivir (ezesan) hasta que se cumplieron los mil años". La palabra ezesan, según se la utiliza en esta frase, debe significar lo mismo que significó en la frase precedente. En ninguno de los dos casos significa resurrección corporal. Juan aquí está hablando de los incrédulos muertos-los "otros muertos", distinguiéndolos de los creyentes muertos que ha estado describiendo recién. Cuando él dice que los otros muertos no vivieron o no revivieron, él quiere decir exactamente lo opuesto a lo que acaba de decir respecto a los creyentes muertos. Los incrédulos muertos, dice él, no vivieron ni reinaron con Cristo durante el período de mil años. En tanto que los creyentes disfrutan después de la muerte de un nuevo tipo de vida en el cielo con Cristo, en la que comparten el reinado de Cristo, los incrédulos después de la muerte no comparten nada de esta vida ni de este reinado.
Que esto es cierto durante todo el período de mil años queda indicado por las palabras "hasta que se cumplieron los mil años" (achri telesthe ta chilia ete). La palabra griega que aquí se traduce "hasta", achri, significa que lo que ha sido dicho se mantiene así durante toda la duración del período de mil años. El uso de la palabra hasta no significa que estos muertos incrédulos vivirán o reinarán con Cristo después que haya terminado este período. Si tal fuera el caso, hubiéramos esperado una clara afirmación al respecto. Nótese que encontramos la expresión "hasta que fuesen cumplidos mil años" también en el versículo 3 de este capítulo. Pero allí la expresión es seguida por una clara afirmación que indica que algo diferente sucederá al fin de los mil años: "Después de esto [el diablo, cuyo encadenamiento se acaba de describir] debe ser desatado por un poco de tiempo". En el versículo 5, sin embargo, las palabras "hasta que se cumplieron mil años" no son seguidas por otra afirmación que indique que estos muertos vivirán o volverán a vivir después de que se hayan cumplido los mil años.
Más adelante en este capítulo, sin embargo, tenemos una clara enseñanza respecto a lo que sucede con estos incrédulos muertos una vez que hayan pasado los mil años. Lo que sucede en aquel momento con "los otros muertos" es descrito en el versículo 6 como "la segunda muerte". Cuando se dice en el versículo 6 que "la segunda muerte" no tiene poder sobre los creyentes muertos, esto implica que "la segunda muerte" sí tiene poder sobre los incrédulos muertos. ¿Qué quiere decir "la muerte segunda"? El versículo 14-10 explica: "Este lago de fuego es la muerte segunda" (BJer). La muerte segunda significa, entonces, el castigo eterno posterior a la resurrección del cuerpo. En consecuencia, habrá para los incrédulos.

8.       ¿Qué quiere decir Juan con Esta es la primera resurrección?
R/ Estas palabras describen lo que sucedió con los creyentes muertos a quienes Juan describía al final del versículo 4, antes de la expresión parentética recién considerada. A la luz de lo dicho anteriormente, debemos entender que estas palabras no describen una resurrección corporal sino más bien la transición de la muerte física a la vida con Cristo en el cielo. Esta transición se llama aquí "resurrección"-un uso poco habitual del término, sin duda, pero perfectamente comprensible si se tiene en cuenta el trasfondo del contexto precedente. Esta es, sin duda, una especie de resurrección, dado que gente considerada muerta es vista ahora viva, en el verdadero sentido de la palabra. La expresión "la primera resurrección" significa que seguramente habrá una "segunda resurrección" (aunque no se usa esta expresión) para estos creyentes muertos-la resurrección del cuerpo que ocurrirá cuando Cristo regrese al fin del período de mil años.

9.       ¿qué más podemos entender sobre la primera resurrección?
R/ Juan acaba de referirse no es una resurrección corporal. Porque si se pensara que son los creyentes quienes son aquí resucitado s corporalmente, con cuerpos glorificados, entonces ellos ya estarían disfrutando de la bienaventuranza plena y total de la vida por venir en la cual "ya no habrá muerte" (Ap. 21:4), y no habría necesidad de decir que sobre ellos ya no tiene poder la segunda muerte. “... sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años" (v. 6b). Durante todo este período de "mil años", por lo tanto, los creyentes muertos adorarán a Dios y a Cristo como sacerdotes y reinarán con Cristo como reyes. Y aunque Juan está aquí pensando solamente en el período que se extiende hasta que Cristo regrese, los capítulos finales del Apocalipsis indican que después del regreso de Cristo y de la resurrección del cuerpo estos creyentes muertos podrán adorar a Dios, servir a Dios, y reinar con Cristo de una manera aún más rica que la presente. Entonces adorarán y servirán a Dios por toda la eternidad en una perfección libre de pecado con cuerpos glorificados en la nueva tierra.

10.   ¿la interpretación amilianista del Apocalipsis?
R/ la interpretación amilenialista de Apocalipsis 20:1-6.15 Visto de esta manera, el pasaje no dice nada respecto a un reinado terrenal de Cristo sobre un reino principalmente judío. Describe más bien el reinado con Cristo de las almas de los creyentes muertos, un reinado que tiene lugar en los cielos entre la muerte de ellos y la Segunda Venida de Cristo. Describe asimismo el encadenamiento de Satanás durante la era presente de modo tal que él no pueda impedir la expansión del evangelio.

Capítulo 17.

1.       ¿Qué piensan los griegos sobre el cuerpo?
R/ Según los antiguos filósofos griegos, el cuerpo del hombre es malo y es un impedimento para su existencia plena. De allí que en el momento de la muerte el cuerpo se desintegra, en tanto que el alma continúa viviendo-no existe aquí esperanza de una resurrección corporal.

2.       ¿Qué piensa la biblia en relación a este tema?
R/ La Biblia, por el contrario, enseña que Dios creó al hombre cuerpo y alma, y que el hombre no es un ser completo aparte de su cuerpo. Tanto la encarnación como la resurrección corporal de Cristo comprueban que el cuerpo no es malo, sino bueno. Por haber resucitado Cristo de entre los muertos, todos los que son de Cristo también resucitarán con cuerpos glorificados.

3.       ¿entonces qué pasa con los que ya murieron?
R/ aquellos que han muerto en Cristo están ahora disfrutando de una felicidad provisional en el estado intermedio, su felicidad no será completa hasta que sus cuerpos hayan resucitado de entre los muertos. La resurrección del cuerpo es, por lo tanto, una doctrina singularmente cristiana.

4.       ¿los premilianistas y los dispensacionalistas como consideran la resurrección?
R/ Todos los premilenialistas enseñan que la resurrección de los creyentes ocurrirá al principio del milenio, en tanto que la resurrección de los incrédulos tendrá lugar al final del milenio. Los dispensacionalistas añaden a estas, dos resurrecciones más: la resurrección de los santos de la tribulación al fin de los siete años de la tribulación, y la resurrección de los santos del milenio al fin del milenio.

5.       ¿Qué dice la biblia sobre este pensamiento sobre la resurrección?
R/ la Biblia enseña que la resurrección de los creyentes y de los incrédulos sucederá conjuntamente. Uno de los más destacados pasajes del Antiguo Testamento que trata de la resurrección de los muertos es Daniel 12:2: "Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna y otros para vergüenza y confusión perpetua". Notemos que el pasaje menciona la resurrección de los creyentes y de los impíos al mismo tiempo, sin indicación alguna de que la resurrección de estos dos grupos estuviere separada por un largo periodo de tiempo.

6.       ¿Describe la palabra "hora", según el uso que se le da en 5:28, un período de tiempo que podría llegar a ser de mil años?
R/ no. En primer lugar, para ser un paralelo a lo que ha sido dicho en el versículo 25, la resurrección de los creyentes y de los incrédulos debería tomar lugar a lo largo de este período de mil años, como es el caso con la regeneración de gente durante la "hora" mencionada en el versículo 25. Pero, según la teoría que estamos analizando, tal no es el caso; más bien esta teoría enseña que habrá una resurrección al principio de los mil años y otra al fin. De esto, sin embargo, no hay indicación en este pasaje. Además, nótense las palabras "todos los que están en los sepulcros oirán su voz". Parecería que la referencia fuese a la resurrección general de todos los que están en sus sepulcros; querer hacer que estas palabras describan a dos grupos (o cuatro) de personas que serán resucitadas en momentos diferentes es forzar el significado de las mismas. Lo que es más, este pasaje afirma específicamente que todos estos muertos oirán la voz del Hijo del Hombre. La clara implicación parece ser que su voz sonará una vez, no dos o cuatro veces. Si la palabra "hora" es interpretada como una representación de un período de más de mil años, esto significaría que la voz de Jesús continuaría sonando durante mil años.

7.       ¿qué más nos muestra la biblia con relación al punto de la resurrección?
R/ la Biblia enseña que todos los creyentes serán resucitados en el momento de la Segunda Venida de Cristo, que es llamado "el día postrero". Los pasajes que enseñan que la resurrección de los creyentes ocurrirá en el tiempo de la Segunda Venida incluyen los siguientes: 1 Tesalonicenses 4:16: "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero .... "; Filipenses 3:20-21: "Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya .... "; Y 1 Corintios 15:23: "Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida". Cuando nos dirigimos al sexto capítulo del Evangelio según Juan, sin embargo, vemos que el tiempo en el cual los creyentes serán res u citado s de los muertos es llamado por Jesús "el día postrero": "Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que todo aquel que vea al Hijo, y crea en él, tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día postrero" (v. 40; cf. vv. 39, 44 Y 54). Según el premilenialismo, tanto el histórico como el dispensacionalista, se supone que el momento en que los creyentes han de ser resucitados será por lo menos anterior en mil años a la introducción del estado final.

8.       ¿nos podemos basar en 1 Tesalonicenses 4:16 y 1 Corintios 15:23-24, para decir que Dios viene en dos fases?
R/ no son decisivos. Uno de los argumentos que tiene su base en estos pasajes es que en ninguno de ellos se menciona a los incrédulos; de allí la suposición de que la resurrección de los creyentes sucederá en un tiempo diferente al de la resurrección de los incrédulos. Pero la razón por la que Pablo no menciona a los incrédulos en ninguno de estos dos pasajes es que él se está ocupando solamente de la resurrección de los creyentes, la que difiere en principio de la de los incrédulos. Cuando Pablo describe los beneficios que el cristiano recibe de Cristo a través de su resurrección, no le es posible incluir a los incrédulos, ya que estos últimos no reciben tales beneficios. El hecho de que Pablo no mencione a los incrédulos en ninguno de estos textos de ninguna manera prueba que los incrédulos no resucitan de entre los muertos al mismo tiempo que los creyentes. Parte de 1 Tesalonicenses 4:16, pasaje que acabamos de citar, dice: "Y los muertos en Cristo resucitarán primero". Algunos premilenialistas sostienen que la expresión "resucitarán primero" significa que los creyentes serán resucitados antes que los incrédulos. Pero aun una rápida lectura del pasaje dejará ver que el contraste aquí trazado no es entre la resurrección de los creyentes y la de los incrédulos, sino entre la resurrección de los muertos en Cristo y el arrebato de los creyentes que estén todavía vivos cuando regrese Cristo. Pablo está diciendo a los tesalonicenses que la resurrección de los creyentes muertos precederá en el momento de la Parusía a la transformación y el arrebato de los creyentes vivos.
1 Corintios 15:23-24 dice lo siguiente: "Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia". La interpretación que encuentra en este pasaje una posible referencia al milenio, ya ha sido analizada y contestada anteriormente.1° Así como no hay en este pasaje ninguna evidencia concluyente respecto a un futuro reinado terrenal de mil años, tampoco hay aquí ninguna evidencia decisiva de que los incrédulos serán resucitados mucho tiempo después de que los creyentes hayan sido resucitados.

9.       ¿El cuerpo del creyente al resucitar es un cuerpo físico?
R/El cuerpo de resurrección del creyente, como hemos visto, será como el cuerpo de resurrección de Cristo. Pero el cuerpo de resurrección de Cristo era precisamente un cuerpo físico; él podía ser tocado (Jn. 20:17, 27) Y podía comer (Lc. 24:38-43). Por otra parte, la palabra espiritual (pneumatikos) no describe lo que es inmaterial o no físico. Nótese, por ejemplo, como Pablo usa este mismo contraste en la misma epístola, capítulo 2:14-15: "Pero el hombre natural (psychikos) no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual (pneumatikos) juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie". Aquí vemos como se usan los mismos dos vocablos griegos, psychikos y pneumatikos que en 15:44. Pero espiritual (pneumatikos) no quiere decir aquí no físico. Significa más bien alguien guiado por el Espíritu Santo, al menos en principio, a distinción de alguien que es guiado solamente por sus impulsos naturales. De modo similar, el cuerpo natural al que se hace referencia en 15:44 es uno que es parte de esta existencia presente y maldita por el pecado; pero el cuerpo espiritual de la resurrección es uno que será totalmente, no sólo parcialmente, dominado y dirigido por el Espíritu Santo.

10.   Posemos decir que la biblia habla claramente sobre la resurrección del cuerpo?
R/ nos dice muy poco sobre la verdadera naturaleza del cuerpo de la resurrección. Se nos dan algunas intimaciones, pero hay mucho que queda sin expresar. De hecho, es interesante observar que mucho de lo que la Biblia dice respecto a la existencia futura se formula en términos de negaciones: la ausencia de corrupción, debilidad y deshonra; la ausencia de muerte; la ausencia de lágrimas, lamentos, llanto, o dolor (1 Co. 15:42-43; Ap. 21:4). Sabemos algo respecto a lo que no experimentaremos pero sabemos poco de lo que sí experimentaremos. Todo lo que sabemos es que será maravilloso, más allá de nuestra más exaltada imaginación. Ciertas palabras que Pablo dijo en relación con otro tema quizá sean también aplicables aquí: "Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman" (1 Co. 2:9).

Capítulo 18.

1.       ¿Cuál será entonces el propósito del juicio final?
(1)    El propósito sobresaliente del juicio será el de desplegar la soberanía de Dios y la gloria de Dios en la revelación del destino final de cada persona. Hasta este momento el destino final de cada ser humano ha estado oculto; ahora dicho destino será revelado, junto con la fe que cada uno ha o no ha tenido, los hechos que cada uno ha efectuado y la vida que cada uno ha vivido. En la publicación de estos hechos la gracia de Dios será magnificada en la salvación de su pueblo, y su justicia será magnificada en la condenación de sus enemigos. En consecuencia, lo primordial en el día del juicio no es el destino de los individuos sino la gloria de Dios. (2) El segundo propósito será el grado de recompensa o de castigo que cada uno recibirá. Dado que dichos grados están íntimamente relacionados con la vida que la gente ha vivido, este asunto deberá ser definido en el momento del juicio final. (3) El tercer propósito es el de ejecutar el juicio de Dios sobre cada persona. Dios asignará ahora a cada persona el lugar en el que pasará la eternidad: sea la nueva tierra o el lugar final de castigo.
(2)    ¿Que diremos respecto al tiempo del juicio final?.
 R/ Los dispensacionalistas distinguen una cierta cantidad de juicios separados: el juicio de las obras de los creyentes en el momento de la parusia o arrebato, el juicio individual de los gentiles justamente antes del milenio, el juicio de Israel poco antes del milenio, y el juicio de los muertos impíos después del milenio. En el capítulo anterior hemos examinado las enseñanzas dispensacionalistas respecto a resurrecciones múltiples y las hemos encontrado faltas; se dio asimismo evidencia a favor de la doctrina que habrá una resurrección general de todos los muertos cuando Cristo regrese. Lo que la Biblia enseña respecto a la resurrección general significa que no habrá cuatro juicios diferentes, sino un solo juicio final, ya que se dice que el juicio final seguirá a la resurrección.
3.       ¿Cuándo tendrá lugar el juicio final?
R/ Si bien no lo podemos ubicar con precisión en una escala temporal escatológica, podemos decir que el juicio ocurrirá al fin de la era presente. Pedro nos dice que el cielo y la tierra que ahora existen están siendo guardados hasta el día del juicio (2 P. 3:7), lo que quiere decir que los nuevos cielos y la nueva tierra comenzarán a existir después del juicio (v. 13). En su explicación de la parábola de la cizaña, Jesús indica que la ejecución de los destinos finales de los hombres, otro aspecto del juicio final, ocurrirá al fin de la era (Mí. 13:40-43). Otros pasajes bíblicos sugieren que el juicio tendrá lugar en el tiempo de la Segunda Venida de Cristo. Jesús dijo: "Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones; y apartará los unos de los otros... “(Mí. 25:31-32). Encontramos lo mismo en la enseñanza de Pablo en 2 Tesalonicenses 1:7-10. Además, Apocalipsis 20 nos enseña que el juicio seguirá a la resurrección general: "Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros según sus obras" (v. 12).

4.       ¿Y qué diremos con respecto a la duración del juicio final?
R/ La Biblia habla del "día del juicio" (Mí. 11:22), de "aquel día" (Mí. 7:22; 2 Ts. 1:10; 2 Ti. 1:12) y del "día de la ira" (Ro. 2:5). No necesitamos presumir que el día del juicio será un día de veinticuatro horas; la palabra día se usa a veces en las Escrituras para indicar un período mucho más largo. Sin embargo, sugerir-como lo hacen los Testigos de Jehová-que el día del juicio se extenderá a lo largo de los primeros mil años del nuevo mundo parece no tener ningún fundamento.
Nos volvemos ahora a las circunstancias del juicio final. La primera pregunta que hacemos es: ¿Quien será el Juez? Hay varios pasajes bíblicos que adjudican el juicio a Dios Padre. 1 Pedro 1:17 habla de invocar por Padre a aquel que juzga a cada uno imparcialmente según sus obras. Romanos 14:10 menciona el tribunal de Dios (también Mt. 18:35; 2 Ts. 1:5; Heb. 11:6; Stg. 4:12; y 1 P. 2:23). Lo que se dice más a menudo, y lo que es más característico de la enseñanza del Nuevo Testamento respecto al tema, es que Cristo será el Juez. En Juan 5:22 leemos: "El Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio lo dio al Hijo... “En su discurso a los atenienses, Pablo dice: "Dios ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos" (Hch. 17:31). En 2 Timoteo 4:8 Pablo habla de: "la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquél día... "Y en 2 Corintios 5:10 Pablo escribe: "Porque es necesario que comparezcamos ante el tribunal de Cristo... “(cf. también Jn. 5:27; Hch. 10:42; Ro. 14:9; Mí. 25:32; y 2 Ti. 4:1).

5.       ¿Quiénes serán juzgados?
R/ Que los ángeles serán juzgados es algo evidente a partir de 1 Corintios 6:2-3, pasaje que ya hemos citado. Pedro en su segunda epístola habla específicamente del juicio de los ángeles caídos: “... Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno (en griego, tartarys) los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados a juicio... "(2 P. 2:4). La misma intención tienen las palabras de Judas 6: "Ya los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad en prisiones eternas para el juicio del gran día... "
Las Escrituras enseñan además que todos los seres humanos que han vivido tendrán que comparecer ante este tribunal final. Según Mateo 25:32: "Serán reunidas ante él [el Hijo del Hombre] todas las naciones". Según Romanos 2:5-6: "Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras... “Romanos 3:6 también nos enseña que Dios juzgará al mundo. Y en la escena del juicio de Apocalipsis 20 encontramos a todos los muertos, grandes y pequeños, incluyendo a todos aquellos que han sido entregados por el mar, por la muerte, y por el Hades, presentes ante el trono del juicio (vv. 12-13).
Si todos los hombres deben comparecer ante el tribunal, esto debe incluir también a todos los creyentes. El Nuevo Testamento enseña esto muy explícitamente. Según 2 Corintios 5:10, nosotros, o sea nosotros "los creyentes", debemos comparecer todos ante el tribunal de Cristo. En Hebreos 10:30 leemos: "El Señor juzgará a su pueblo". En Romanos 14:10 Pablo les escribe a sus hermanos creyentes lo siguiente: "Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo... “(cf. Stg. 3:1; 1 P. 4:17). Si bien los creyentes deberán comparecer todos ante el tribunal, no deben temerle al día del juicio. Pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús (Ro. 8:1), y aquellos que permanecen en Dios pueden tener confianza en el día del juicio (1 Jn. 4:17). La feliz anticipación que tiene el creyente del día del juicio está bien expresada en la respuesta a la pregunta 52 del Catecismo de Heidelberg: Que yo, en toda tribulación y persecución, alta la frente, aguardo del cielo al juez que antes sufrió por mi el juicio de Dios y me ha librado de toda maldición, y que condenara eternamente a sus enemigos y los míos, pero a mí me llevara con todos los elegidos al gozo y a la gloria celestiales.

6.       ¿Qué se juzgará?
R/ Todas las cosas que hayan sido hechas en esta vida presente. 2 Corintios 5:10 es muy claro al respecto: "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo". Todo lo que una persona ha hecho es expresión de la dirección básica de su corazón, y por lo tanto será tomado en cuenta en el día del juicio. Esto incluye los hechos, las palabras y los pensamientos de la persona. Que los hechos están incluidos, lo vemos en Mateo 25:35-40: "Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me cubristeis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí... De cierto os digo que cuando lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis". En Apocalipsis 20:12 se afirma específicamente lo siguiente: "Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras" (cf. 1 Co. 3:8; 1 P. 1:17; Ap. 22:12). Demás está decir que tanto las buenas como las malas obras serán tomadas en cuenta. Conviene notar, aparte del pasaje de Mateo que recién hemos citado, Efesios 6:8: "Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ese recibirá del Señor, sea siervo o sea libre"; y Hebreos 6:10: "Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el amor que habéis mostrado, habiendo servido a los santos y sirviéndolos aún".  El día del juicio también tendrá que ver con las palabras que hemos dicho. Jesús nos dice en Mateo 12:36: "Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio". Aun los pensamientos de los hombres serán juzgados, como lo evidencia 1 Corintios 4:5: "Así que no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, Y manifestará las intenciones (o designios, BJer; en griego, boulas) de los corazones" (cf. Ro. 2:16). En suma, no hay nada que ahora esté escondido que no será revelado en el día del juicio (cf. Lc. 12:2; Mt. 6:4, 6, 18; 10:26; 1 Ti. 5:24-25).
A veces se dice que los pecados de los creyentes, que Dios ha perdonado, borrado, y arrojado al mar del olvido, no serán mencionados en el día del juicio. Sin embargo, si es cierto que no hay nada oculto que no haya de ser revelado, y que el juicio tendrá que ver con todos nuestros hechos, palabras y pensamientos, seguramente los pecados de los creyentes también serán revelados ese día. En realidad, si es cierto que aun las mejores obras de los creyentes están contaminadas de pecado (véanse Is. 64:6; Ro. 3:23; Stg. 3:2), ¿cómo puede acto alguno de los creyentes ser revelado sin algún reconocimiento de pecado e imperfección? Pablo enseña en 1 Corintios 3:10-15 que algunos creyentes edifican sobre un fundamento de fe en Cristo con materiales inferiores tales como madera, heno, y hojarasca-éstos serán salvos pero sufrirán pérdida. Los fracasos y las fallas de tales creyentes, por lo tanto, aparecerán en la escena en el día del juicio. Pero-y este es el punto importante-los pecados y las fallas de los creyentes serán revelados en el juicio como pecados perdonados, cuya culpa ha sido totalmente cubierta por la sangre de Cristo. Por lo tanto, como se dijera antes, los creyentes nada tienen que temer del juicio-aunque el conocimiento de que tendrán que dar cuenta de todo lo que hayan hecho, dicho y pensado debería ser para ellos un incentivo constante para una lucha diligente en contra del pecado, para un servicio cristiano dedicado, y para una vida consagrada.
7.       ¿Cuál será la norma por la cual serán juzgados los hombres?
R/ La norma será la voluntad revelada de Dios, pero ésta no será la misma para todos. Algunos han recibido una revelación más completa de la voluntad de Dios que otros; Mateo 11:20-22 hace claro que aquellos que han recibido una revelación de Dios mayor que otros tendrán una correspondiente mayor responsabilidad: "Entonces [Jesús] comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido: ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotros, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotros".
En otras palabras, aquellos que han recibido la plena revelación de la voluntad de Dios manifestada en el Antiguo y en el Nuevo Testamento serán juzgados por su respuesta a toda la Biblia. Aquellos que solamente habían tenido la revelación del Antiguo Testamento serán juzgados por sus respuestas al Antiguo Testamento. A favor de esto, cabe recordar que los profetas del Antiguo Testamento repetidamente advirtieron a sus oyentes que debían vivir de acuerdo con lo que Dios les había revelado, para encontrar así paz, felicidad y salvación. Sobre este tema es muy reveladora la parábola que contó Jesús respecto al hombre rico y Lázaro que encontramos en Lucas 16. Cuando el rico le pregunta a Abraham si Lázaro puede resucitar de entre los muertos para advertir a los hermanos de aquel que todavía viven en la tierra respecto al lugar del tormento, Abraham le dice: "Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos" (v. 31).
No obstante, aquellos que no recibieron ni la revelación que se encuentra en el Antiguo Testamento ni la que aparece en el Nuevo serán juzgados en términos de la luz que hubieren recibido. Romanos 1:18-21 nos enseña que aquellos que solamente han tenido la revelación de Dios en la naturaleza no tienen excusa si dejan de honrar a Dios como Dios: "Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias... “y en Romanos 2 observamos que el juicio de Dios sobre aquellos que no han tenido la total revelación de su voluntad se basará en su respuesta a "las obras de la ley escritas en sus corazones": "Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados ... Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio" (vv. 12, 14-16).

8.       ¿por qué enseña la Biblia de modo tan consistente que el juicio final será según las obras?
R/ Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles. Y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras (MI. 16:27). [Dios] pagará a cada uno conforme a sus obras (Ro. 2:6). Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios... y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros según sus obras (Ap. 20:12). He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo para recompensar a cada uno según su obra (Ap. 22:12).
La razón por la cual la Biblia enseña que el juicio final será según las obras, aunque la salvación viene mediante la fe en Cristo y nunca es ganada por obras, es la íntima relación que hay entre la fe y las obras. La fe debe revelarse en las obras, y las obras a su vez son la evidencia de la verdadera fe. Como dijera una vez Juan Calvino: "Es la fe sola la que justifica, pero la fe que justifica no viene sola",13 Que esto es cierto queda bien en claro si tomamos en consideración pasajes de las Escrituras tales como Santiago 2:26 ("Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta") y Gálatas 5:6 ("Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la in circuncisión, sino la fe que obra por el amor"). Nótese también las palabras de Jesús en Mateo 7:21: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hacer la voluntad de mi padre que está en los cielos". El juicio según las obras, en otras palabras, será realmente un juicio respecto a la fe---es decir, fe según se manifiesta en su evidencia. Si la fe era genuina, las obras estarán allí; si las obras no están allí, la fe no era real. Santiago formula esto de un modo muy importante: "Pero alguno dirá: 'Tú tienes fe y yo tengo obras'. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras" (2:18).
En relación con esto, miremos más de cerca la escena del juicio que encontramos en Mateo 25:31-46. El Hijo del Hombre ha regresado en su gloria y está sentado en su trono de juicio. Todas las naciones están reunidas ante él y el rey procede ahora a separar las "ovejas" a su derecha de las "cabras" a su izquierda. Nótese que la decisión respecto al destino final tanto de las cabras como de las ovejas es dada primero. En el caso de las "ovejas", la decisión es ésta: "Venid, benditos de mi padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo... “(v. 34). Este juicio, en otras palabras, no es una investigación de las vidas de las "ovejas" para determinar si han hecho suficientes buenas obras para merecer el reino preparado para ellos, sino más bien una decisión misericordiosa respecto a su destino final, la cual es seguida por una revelación pública de las razones por las que esta decisión es correcta y justa. Y si ahora volvemos a considerar el versículo 34 un poco más de cerca, veremos que todo pensamiento de mérito está excluido aquí. Las "ovejas" son "los benditos de mi padre"-los objetos del favor inmerecido del Padre. Se dice que ellos heredarán el reino--una herencia, sin embargo, nunca es ganada sino que es siempre recibida como un don. Del reino que ellos están por heredar se dice que ha sido preparado para ellos desde la fundación del mundo--nuevamente tenemos evidencia de la misericordiosa elección de ellos por parte del Padre desde la eternidad, una elección basada no en el mérito sino en la gracia.

9.       ¿Qué quiere decir pérdida?
R/No puede significar la pérdida de la salvación-véase el versículo 15. La pérdida que este hombre sufre debe ser la pérdida de la recompensa. Este hombre será salvado como "quien pasa a través del fuego" (BJer) como un hombre que escapa de un edificio que se está quemando, habiendo perdido todas sus posesiones menos la ropa que lleva puesta. Que este pasaje habla de una recompensa que algunos creyentes reciben y que otros no reciben es algo obvio. Esa recompensa será proporcional a la clase de materiales con los cuales el hombre haya edificado sobre el fundamento de la fe en Cristo-en otras palabras, proporcional a la calidad de su vida cristiana.
Que habrá tales recompensas para los creyentes es algo que está bien claro. Jesús frecuentemente menciona recompensas (véase Mt. 5:11-12; 6:19-21; Lc. 6:35; Mr. 9:41; Mt. 25:23). Pero Jesús deja bien en claro que tales recompensas no son merecidas sino que son dones de la gracia de Dios. Nótese en particular sus palabras en Lucas 17:10: "Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: 'Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos' ". El Catecismo de Heidelberg expresa el mismo pensamiento en la respuesta a la pregunta 63: "Esta remuneración no se da por merecimiento, sino por gracia".
La relación entre nuestras obras y nuestra recompensa futura, sin embargo, no debería ser entendida de un modo mecánico, sino más bien de un modo orgánico. Cuando una persona ha estudiado la música y ha logrado cierta capacidad de tocar un instrumento musical, su capacidad de disfrutar la música ha sido aumentada de gran manera. De modo similar, nuestra devoción a Cristo y al servicio en su reino aumenta nuestra capacidad de disfrutar las bendiciones de tal reino, tanto ahora como en la vida por venir. León Morris formula esto muy aptamente: "Ya aquí y ahora el hombre que se da de todo corazón al servicio de Cristo conoce más del gozo del Señor que aquel que lo hace de poco ánimo. No tenemos ningún fundamento, en el Nuevo Testamento que nos lleve a pensar que será diferente en el cielo".

10.   ¿Cuál, finalmente, es el significado del día del juicio?
R/ (1) La historia del mundo no es una sucesión sin fin de ciclos sin significado, sino un movimiento hacia una meta. (2) El día del juicio revelará finalmente que la salvación y la eterna bienaventuranza dependerán de la relación  para con Cristo Jesús. (3) El hecho de que el día del juicio sea ineludible subraya la responsabilidad del hombre por su vida, y afirma la seriedad de la lucha moral en la vida de toda persona, en especial en la vida del cristiano. (4) El día del juicio significa el triunfo final de Dios y su obra redentora en la historia-la conquista final y decisiva de todo mal y la revelación final de la victoria del Cordero que fue inmolado. El día del juicio revelará, más allá de toda sombra de duda, que al fin la voluntad de Dios será hecha perfectamente.