lunes, 24 de diciembre de 2012

La navidad una fecha para compartir



la palabra de Dios nos enseña a los cristianos a compartir y unirnos con las personas que reconocen la necesidad de los demás y que han entendido que es mejor dar que recibir. lastimosamente en este momento el pueblo cristiano esta siendo asolado por una tendencia de prosperidad donde el pastor vive mejor que un rey a costillas de su la iglesia que pasa grandes necesidades para poder darle dinero a sus lideres para que supuestamente Dios los bendiga. algo es claro y es que el señor nos enseña " de lo que gratis te dieron  de gratis darlo", no podemos ser  como Simón el mago que quiso comprar el don de Dios. 

Hechos 20: 35 dice "Hay más felicidad en dar que en recibir" eso se debe entender desde los mismo lideres y pastores, y es que Dios se entrego por nosotros y como sus ministros debemos entregarnos por nuestras ovejas. con todo el amor de Dios a los pastores de prosperidad o que se están asiendo ricos cobrando milagros les pido que se arrepientan porque muchos dirán señor en tu nombre expulsamos demonios, hicimos milagros y le robamos el dinero a la iglesia por la que tu diste la vida y estoy seguro que el les dirá apartados de mi hacedores de maldad porque no los conozco. 

a las personas que se congregan en estas iglesias les digo despierten, están siendo enceguecidos por el ansia de prosperar o tener un milagro, yo les aseguro que la persona que le pida sus bienes no esta con Dios  la palabra enseña  que debemos buscar primero el reino de los cielos y su justicia y todo es añadido. 

esta navidad fue de bendición puesto que Dios nos envió una hermosa familia que  colaboro con brindarnos la natilla para llevar al ancianato  y por una excelente profesional que quiso dar regalos para los ancianos (Andrea Armel)  que tanto necesitan por su abandono y que decir de la gerente de Mente sana que dio regalos para los niños, igual que el señor Jose Gregorio Restrepo. 

gracias por su amor a la causa de ayudar a los mas necesitados y gracias por su compañía  siempre los tendremos en oración y ruego. 

Nota: la iglesia es cristiana pero ayudamos a personas de todos los credos  y personas de otras religiones como católicas al ver nuestra traspariencia en la ayuda a los individuos vulnerables también nos ayudan, Cristo es mas que una religión es un compartir y un amor al prójimo. 

veamos las fotos de una verdadera navidad feliz : Proverbios 14:31 ‘Todo aquel que es generoso para con el pobre honra a Dios’ 
Proverbios 19:17 

Gálatas 2:10 ‘Todo lo que ellos pidieron fue que continuásemos de tener presente a los pobres, algo que yo estaba ansioso por hacer’ 






gracias infinitas gracias. 

Diego Angelo Restrepo Zapata
Pastor teólogo reformado 

jueves, 13 de diciembre de 2012

Algunas preguntas con sus respuestas y algo sobre el reino de los cielos. 

de Pastor Diego Angelo Restrepo Zapata (teólogo) 

Capitulo 1:

1. ¿De dónde proviene el término escatología?
R/ este término proviene de dos palabras griegas “eschatos y logos” lo cual significa doctrina de los últimos tiempos.
2. ¿Cuáles son los elementos de la escatología total?
R/  a) la escatología integral al cual integral la cual contiene el cumplimiento  de elementos escatológicos como la primera venida de Cristo o el derramamiento del Espíritu Santo en pentecostés.
      b) escatología futura: la cual anuncia elementos a suceder, profetizados e la palabra de Dios  como ejemplo la segunda venida de Cristo. Esta es la escatología total la cual usa elementos del pasado y del futuro.
3. ¿La escatología Cristiana se fundamenta en algunos libros específicos de la biblia?
R/  aunque hay unos libros con énfasis muy profundos en la profecía  escatológicos  o del fin de los tiempos, es necesario aclarar que toda la palabra de  Dios es escatológica, puesto que esta se fundamenta en un momento de cambio o fin de los tiempos y la llegada del reino de Dios.
4 . ¿Quiere decir lo anterior que la escatología es no es un simple  elemento de la fe Cristiana?
R/  si, la escatología  no es un mero elemento de la fe cristiana , esta es el elemento eje, el centro y la esperanza  de un término al sufrimiento y una nueva llegada de Cristo y cambio de dirección.
5. ¿Qué versículos abren la persiana escatológica en la biblia?
R/ de seguro la promesa madre bíblica es la expuesta por génesis 3.15 donde se condensa la enemistad que existe entre el dragón y la simiente de la mujer y como la simiente destroza la cabeza de la serpiente, esta promesa se convierte en una esperanza en el AT, y en el nuevo testamento rectifica como la serpiente es derrotada en la cruz.
6. ¿a que se le llama perspectiva profética?
R/  es la visión horizontal que tienen los profetas y que une acontecimientos que pueden estar  separados por mieles de años.
7. ¿Cuáles podrían ser tres momentos proféticos  escatológicos importantes en el AT?
R/ a) la venida del ungido del señor.
b) la restauración del pueblo purificado.
c) el día del señor.
8. ¿el concepto bíblico de redención es expresado solo a lo que es el hombre?
R/ la idea bíblica de redención siempre incluye a la tierra, el pensamiento hebreo vio unidad esencial entre el hombre y la naturaleza, configurándose una relación continua entre la naturaleza y la vida moral del hombre, por tanto la tierra debe compartir la redención final de Dios.
9.  ¿Cuáles eran los 7 momentos a nivel escatológicos que se esperaban en el AT?
a) el redentor venidero
b) el reino de Dios
c) el nuevo pacto.
d) la restauración de Israel
e) el derramamiento del Espíritu
f) el día del señor
g) cielos nuevos y tierra nueva.

10. ¿Dónde se da  claridad de las profecías del antiguo testamento?

R/ la claridad a Dichas profecías se da en el nuevo testamento el cual define de forma precisa la venida del mesías.


Capítulo II

1. ¿entre cuales elementos de la escatología del NT existe tensión?
R/ la tensión se da desde dos momentos entre el “ya” y el “aun no”, entre lo que el creyente ya disfruta y lo que aun no posee.

2. ¿Cuáles detalles de la vida y muerte de Jesucristo se dicen son cumplimiento de las profecías del AT?
R/ su nacimiento en Belén Mt 2. 5-6 = Miqueas 5.2
Su huida a Egipto Mt 2.14-15 = Oseas 11.1
El rechazo por parte de su pueblo Mt 1.11= Isaías 53.3
Su entrada triunfal en Jerusalén Mt 21. 4-5 = Zacarías 9.9
Su vendida por treinta monedas Mat 26.15 = Zacarías 11.12
Su lanzamiento en la cruz Jn 19.34 = Zacarías 12. 10
Tiraron  suertes por su vestido Mr 15.24 = salmo 22.18
Sus huesos no fueron quebrados Mr 19.33 = salmo 34.20
Su entierro entre los ricos  Mt 27. 27-60 = Isaías 53.9
Su resurrección Hechos 2. 24-32= Salmo 16.10
Su ascensión hechos 1.9 = salmo 68.18

3. ¿Qué quiere decir escatología inaugurada?
R/ este término implica que la escatología ciertamente ha comenzado pero que de ninguna manera a finalizado.

4. ¿en cuentos momentos se puede dividir los hechos mesiánicos?
R/ se puede dividir en dos etapas, la presente  era mesiánica y la futura era mesiánica , esto quiere decir que el creyente de la era mesiánica está viviendo lo predicho por los profetas rectificada por su primera venida y su era futura.

5. ¿nos encontramos en el día postrero?
R/ no, en realidad nos encontramos en los días postreros , lo que hace una diferencia en su relación con el plural y el singular, lo cual define que estamos viviendo días que nos aceran al día de Dios que es cuando el venga e su gloria.

6. ¿Cómo se podría dividir las eras escatológicas?
R/  estas se pueden dividir así:
Primera venida de Cristo segunda venida

Creación (era pasada)   era presente era por venir
Días postreros día postrero
Fin de los tiempos fin del tiempo


7. ¿Cuál es la relación entre estos dos aspectos escatológicos?
R/ es que las bendiciones de la edad presente son prenda y garantía de mayores bendiciones, su primera venida es el garante de su segunda venida.
8. ¿Cómo expresa Berkouver la relación entre escatología pasada y futura?
R/ la promesa futura esta relacionada de un modo inextricable con sucesos del pasado, la expectativa del cristianismo es algo muy diferente de una generalización tal como la semilla del futuro se encuentra en el presente”

9. ¿Qué le da a la escatología del nuevo testamento su característica singular?
R/ lo que le brinda su carácter único es la esperanza de una consumación futura de los propósitos del Dios que se vasa en la victoria de Cristo en el pasado.

10. ¿cómo se puede dividir la escatología del NT?
R/ se puede resumir en tres:
El gran acontecimiento escatológico predicho en el AT sobre el mesías se cumplió.
La escatología se divide en era presente y era futura.
La relación entre dos etapas escatológicas reside en que se vive una serie de bendiciones dadas para los cristianos y se esperan bendiciones mayores.

CAPITULO III
1. ¿la visión de los griegos en relación a la historia como era?
R/ ellos manejan una visión cíclica de la historia, queriendo decir que para ellos las cosas  sucedieron en ciclos que se repiten sin fin, de modo que lo que sucede hoy se repetirá algún día.

2. ¿Cómo es la visión cristiana sobre la historia?
R/ los cristianos ven la historia como el cumplimiento del propósito de Dios y como algo  que se mueve hacia una meta , siendo esta un vehículo  atreves del cual Dios  lleva a su propósito para con el hombre y el cosmos.

3. ¿Qué pensaban los profetas de Israel sobre la historia?
R/ la idea de que la historia se mueve hacia metas establecidas  por Dios y que el futuro debe ser  visto como cumplimiento de promesas hechas en el pasado  es lo que brindaron los profetas en relación a la historia.

4. ¿ el existencialismo ateo cómo ve la historia?
R/ asegura que cada persona debe tratar de encontrar  su propio camino entre la existencia  no- autentica y la autentica a través de significaciones fijas.

5. ¿ es el existencialismo y el cristianismo incompatible?

R/ si, porque el cristianismo no niega la importancia de la decisión individual, pero ve también significados en la historia,  como medio de Dios el cual está desarrollando su plan en la historia, teniendo Dios el control de todos.

6. ¿explique algunos parámetros de abordaje sobre la creencia que tiene el cristianismo de la historia?
R/ - la historia es el proceso de cumplimiento de los propósitos de Dios.
- Dios es el señor de la historia.
- Cristo es el centro de la historia
- La nueva era ha sido establecida por Dios.
- Toda la historia avanza hacia una meta.
7. ¿Qué es historia sacra?
R/ se entiende por historia sacra la redención y la acción de Dios para redimir a su pueblo por medio de Cristo.

8. ¿dicha redención a donde tienen su raíz?
R/ tiene su raíz en las promesas y ceremonias del antiguo testamento, llega su cumplimiento en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo y alcanza su consumación en los cielos nuevos y tierra nueva.

9. ¿Qué podemos concluir que es la historia?
R/ toda la historia es la revelación de Dios.

10. ¿toda la culturalización se perderá con la venida de Dios?
R/  no, todo el trabajo realizado tiene trascendencia cuando Cristo venga.


Capítulo  IV

1. ¿Cuál es el tema central en la predicación de Jesús y sus apóstoles?
R/ el reino de Dios.

2. ¿Cómo veía Juan el Bautista la llegada del mesías?
R/ el que llegara como mesías, llegaría con una misión de separar, salvaría a los que se arrepintieran y jugaría a los no arrepentidos, el esperaba que estas dos cosas las realizara el mesías en un mismo momento.

3. ¿por la razón anterior fue que Juan el Bautista, mando a preguntar a Jesús si él era  el que debía venir?
R/ Si, cuando Juan estaba en la cárcel comenzó a reflexionar sobre el hecho de que si bien el veía a Jesús recogiendo el trigo, no lo veía que quemara la paja. Esto llevo a Juan a enviar a sus discípulos a Jesús a preguntar si él era el que debía venir Mt 11.3 .

4. ¿si tanto Jesús como Juan iniciaron su ministerio llevando la gente al arrepentimiento  cual es la diferencia más marcada?
R/ aunque los mensajes de Juan y Jesús parecen similar, existía una gran diferencia es que Jesús decía “el tiempo se ha cumplido” y Juan decía que el tiempo debería llegar en aquel que vendría. El reino de Dios había llegado en la persona de Cristo y eso era lo que Jesús enseñaba.

5. ¿se puede decir que el reino de los cielos es introducido por Jesús?
R/ sí, Jesús mismo introdujo el reino de Dios, cuya venida había sido predicho por los profetas, siempre se debe de ver el reino de los cielos con una realidad relacionada indiscutible con la persona de Cristo.

6. ¿si el reino de los cielos son una realidad en la bíblica, por que las cartas de los apóstoles no nombran dicho reino?
R/ se puede ver que la iglesia apostólica y pos apostólica del NT, no habla mucho del reino de los cielos, de modo explicito sino que siempre  lo enfatiza implícitamente en la persona de Cristo , queriendo decir que la fe en el reino de Dios persiste en la experiencia pascual de Cristo.

7. ¿el reino de Dios y el reino de los cielos son términos diferentes en la biblia?
R/ No, entre dichos términos no existe diferencia alguna, lo que sucede es que la cultura judía evitaba el uso de la palabra Dios y mateo como escribía para ellos remplaza esta palabra por cielo. Lo cual demuestra que estos terrinos son  similares.

8. ¿Cuál es el deber del hombre en relación al reino de Dios?
R/ el deber del hombre no es traer al mundo el reino de Dios, sino entrar en él a través de la fe y orar para poder someterse cada vez al gobierno  benéfica de Dios en toda tarea de su vida.

9. ¿el reino de Dios se presenta totalmente bueno?
R/ el reino de Dios en relación a la pregunta se presenta con dos aspectos uno positivo y uno negativo, esto debido a que para los buenos el reino de los cielos es redención significando algo bueno y para los que no aceptaron a Dios es condenación algo malo.

10. ¿Cuáles son las señales de la venida del reino de Dios?
R/ - el mesías echaría fuera demonios. Mt 12.28
- La caída de Satanás Lc 10.18
- Realización de milagros Mt 11.4-5
- La predicación del evangelio Mt 1.5
- El perdón de los pecados Isaías 33.24, Jer 31.54.

Capitulo V.
1. ¿Cómo se presenta el Espíritu Santo en la escatología del AT?
R/ el espíritu santo atravez de señales proféticas prepara el camino para la irrupción de la escatología final. (Hech 2. 17-36).

El ES reposa sobre el redentor venidero equipándolo con los dones necesarios (Isaías 11. 1-2, 61.1)

El ES aparece como fuente de vida nueva de Israel incluyendo bendiciones materiales como renovación ética (Isaías 44. 2-4, Ezequiel 37. 11-14)

2. Que significa que el mesías bautizara con el Espíritu Santo?
R/ estas palabras dan a entender que Jesucristo tenía el poder de conferir él ES a su pueblo.

3. ¿Cómo se puede observar la respuesta dos en la biblia?
R/ el libro de los hechos describe el derramamiento del ES en el capítulo 2, quedando claro que la nueva era escatológica es caracterizada por la presencia del ES en la iglesia en toda su plenitud.

4. ¿Cómo se puede definir en el ser humano esta nueva escatología?
R/ carne y espíritu, representan dos existencias por lado la de la vieja era caracterizada y determinada por la carne y la de la nueva creación que es del ES, por esta razón la iglesia ya no está sujeta al régimen de la primera era, y las potencias del mal que reinarían si él ES no hubiera dado la libertad en Cristo (romanos 8.2)

5. ¿Qué significado tiene para el pueblo que se reciba al ES?
R/ que se es transformado en participe de un nuevo modo de existir y asociado con la era futura que goza ya de los poderes de la era por venir.

6. ¿lo anterior quiere decir que el ES se presenta como prenda de compromiso entre Dios y los hombres?
R/ si, el ES es como prenda de herencia, siendo en este momento el sello con el cual el creyente queda marcado, designado y guardado para la redención esto muestra que el creyente es posesión de Dios para el día de la redención.
7. ¿tiene algo que ver el ES con la resurrección de los creyentes?
R/ si observamos romanos 8.11 encontramos que Dios  levantara a los creyentes de entre los muertos por su Espíritu que mora en nosotros.

8. ¿según la pregunta anterior solo hasta la resurrección obra él ES?
R/ no, el ES después de la resurrección continua sosteniendo y dirigiendo el cuerpo resucitado.

9. ¿en 2 de Corintios 3.8 nos muestra que él ES esta trabajando en nosotros, eso quiere decir que desde ya nos parecemos a Jesús?
R/ esto se presenta como un tipo de anticipación de la resurrección del cuerpo él ES de este modo el eslabón que une el cuerpo presente con el cuerpo futuro.

10. ¿se puede asegurar que los que tenemos el ES en nosotros recibimos anticipadamente algo?
R/ si, tenemos un anticipo de las bendiciones de la era por venir y una confianza y garantía de la resurrección.

El reino de los cielos. 

En el antiguo testamento se consolida una expectativa profética sobre la venida del reino de los cielos, viendo en el libro de Daniel un acercamiento a lo que es la presencia del hijo del hombre el cual será completado como reino de Dios en su segunda venida.

Dicho reino inicia con las profecías y los pactos dados por Dios, recibiendo su rectificación en la primera venida de Jesús el cual inicia su ministerio con pidiendo al hombre que se acerque a un verdadero arrepentimiento el cual es un cambio de actitud hacia el pecado, luego continua con la magnífica rectificación de que el reino de los cielos ya está aquí, queriendo decir esto que el cumplimiento del reino de los cielos había iniciado en él. Esta afirmación de Jesucristo demuestra que el reino de los cielos es completamente unificado con Jesús y su reinado siendo el reino de Dios un momento activo y presente entre los hombres. Lo anterior es demostrado en el nuevo testamento y en las epístolas paulinas no se aborda el reino de los cielos como apartado de Jesús antes bien el pronunciamiento del reino de los cielos se enfoca siempre a lo que es la venida de Jesús.

La manifestación de la venida del reino de Dios se comienza a observar en las demostraciones ekabalisticas que se desprendían de Jesús, las cuales daban rectificación a los profetas que aseguraron que la venida  del ungido seria con una entrada de prodigios y dando libertad al cautivo. Pero es necesario aclarar que el reino de Dios se encuentra dividido en dos caras una positiva y una negativa, la positiva es para los elegidos de Dios los que se salvan y la negativa es para los que nuca reconocieron a Jesús como rey así que no hacen parte de dicho reino y por ende solo traerán juicio a su vida ( MT 724-27).  El propósito del reino de Dios es salvar a todos los que entran en el, esto debido a que Dios no envío a Jesús al mundo a condenarlo, sino para que el mundo sea salvo (Jn 3.17).

Por tal motivo el reino de Dios se observa presente y futuro, entendiendo esto que con la primera venida de Dios hemos recibido una porción de nuestra herencia, pero que aún falta por recibir la parte de las bendiciones que solo llegaran con la segunda venida de Jesús. Un ejemplo de estos dos momentos podría ser lo expresado en el capítulo 12 y el 32 del catecismo de Westminster:

En el capítulo 12 se expone la justificación de los hombres por medio de Jesucristo, los cuales somos adoptados por su mediación teniendo bendiciones actuales como:
1. Ellos son contados dentro del número y gozan de libertades y privilegios de los hijos de Dios.
2. Están marcados con su nombre.
3. Reciben el Espíritu de la adopción.
4. Tienen acceso confiadamente al trono de la gracia.
5. Están capacitados para clamar abba padre.
6. Son compadecidos.
7. Son protegidos.
8. Proveídos
9. Corregidos por él como un padre.
10. Sin embargo nunca desechados, sino sellados para el día del señor.
11. Herederos de la salvación eterna.
Este capítulo muestra como desde que Dios nos llama recibimos una cantidad de bendiciones que portamos en este mundo como señal de que el reino de los cielos esta dentro de nosotros.
El capitulo 32 nos enseña:
1. Las almas de los justos siendo perfectas en santidad, son recibidas en los más altos cielos, en donde contemplan la faz de Dios.
2. Las almas de los malvados son arrojados al infierno esperando el día del juicio.

Este capítulo enseña que se recibirá algo después de la segunda venida.  Demostrando lo que es la secuencia de bendición en la venida de Jesús y su trasformación de bendiciones en el hombre creyente.




jueves, 6 de diciembre de 2012

Oración en tiempo de Crisis




por D. Martyn Lloyd-Jones


El carácter de la verdadera oración
Habacuc expresa en forma de oración la revelación que Dios le dio. No obstante, esta oración es al mismo tiempo una maravillosa pieza de poesía titulada: «Oración del profeta Habacuc, sobre Sigionot». Fue una oración acompañada de música, ni triste ni alegre, sino expresiva de una profunda emoción. No hay duda de que el profeta fue movido hasta las fibras más profundas de su ser con emociones conflictivas, pero predominaron aquellas de triunfo y victoria.


Todo el capítulo es un registro de la oración del profeta. La oración es más que una simple petición, e incluye alabanza, agradecimiento, reminiscencia y adoración. El recuento de la historia tal como lo hace el profeta es, con frecuencia, una parte esencial de la oración. Las grandes oraciones de la Biblia, son aquellas que los hombres han efectuado, recordándole a Dios lo que él ha hecho en el pasado. Basaron sus peticiones sobre esos hechos, de manera que todo este capítulo constituye una gran oración.



El segundo verso de este capítulo es un modelo de lo que debe ser la actitud de un cristiano en un tiempo de crisis o adversidad. Hoy nos enfrentamos a una situación mundial que bien puede conducir a los creyentes de mente espiritual a pensar en este libro de Habacuc. Nuestro problema vuelve a ser: ¿Por qué no interviene Dios? ¿Por qué permite Dios estas cosas? ¿Por qué es que los impíos tienen tanto éxito? ¿Por qué no desciende Dios para avivar a su Iglesia? Ante estas situaciones nuestra actitud debe ser la misma del profeta. ¿Lo es en verdad? ¿Lo fue durante los oscuros días de guerra? Hay ciertos peligros sutiles que siempre amenazan al creyente de la misma manera que lo hicieron con el profeta Habacuc. El diablo como «un ángel de luz», procura sacar ventaja de cualquier perplejidad nuestra, y nos hace mirar a lo que no corresponde y torcer de esta manera, nuestra actitud hacia Dios. Aquí tenemos delante nuestro la actitud que debe caracterizar al cristiano en un tiempo de adversidad y de prueba.


Elementos esenciales en la oración verdadera


Humillación


En primer lugar notamos cómo el profeta se humilló a sí mismo, o sea, su actitud de humillación. «Oh, Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh, Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer». Ya no es la actitud de alguien que alterca con Dios o de quien lo cuestiona acerca de lo que permitió que ocurriera como puede apreciarse en los primeros capítulos. Ni siquiera protesta por lo que Dios le ha dicho. De la perplejidad intelectual ha progresado a una convicción espiritual. Tampoco apela a Dios para que invierta su propósito de juicio. Menos aún existe un pedido para que Dios detenga su mano del juicio y perdone a Israel. Sí, observamos en el profeta un reconocimiento de que la decisión de Dios para con su pueblo, es perfecta; que Dios es absolutamente justo y que el castigo para Israel está bien merecido; todo esto refleja una completa sumisión a la voluntad de Dios (1). No hay ningún esfuerzo por defender a Israel o a sí mismo, sino una franca confesión de pecado y un reconocimiento de la justicia, santidad y rectitud de Dios. Como Daniel dice: «Nuestra es la confusión de rostro». No queda un solo vestigio de justicia propia, sino un completo reconocimiento de pecado y total sumisión al juicio de Dios que se avecina sobre la nación.


¿Cómo llegó Habacuc a esta posición? Al parecer, ocurrió cuando dejó de pensar en su propia nación, o en los caldeos, y contempló sólo la santidad y la justicia de Dios contra el oscuro fondo del pecado en el mundo. Nuestros problemas con frecuencia se pueden rastrear en nuestra insistencia en mirar al problema inmediato según nuestra propia óptica, en lugar de observarlo a la luz de Dios. Mientras Habacuc estaba mirando a Israel y a los caldeos, estuvo turbado. Ahora los ha dejado de lado y sus ojos se han fijado en Dios. Ha vuelto a la esfera espiritual de la verdad, de la santidad de Dios, del pecado en el hombre y el mundo, de manera que puede ver los eventos en una perspectiva completamente nueva. Ahora se ocupa de la gloria de Dios y no de otra cosa. Tuvo que olvidar que los caldeos eran peores pecadores que los judíos, y reconocer que Dios los iba a utilizar a pesar de plantear un problema tan complejo. Esa actitud le había hecho olvidar el pecado de su propia nación, por eso se concentró en los pecados de otros, los cuales aparentaban ser más graves. Mientras permanecía en esta actitud, quedó en la perplejidad, descontento en su mente y corazón. Sin embargo, el profeta fue levantado completamente de ese estado para ver la maravillosa visión de Dios en su santo templo, y la humanidad pecaminosa y todo el universo debajo de él. Al ver los hechos de esta manera, la distinción entre israelitas y caldeos se tornó en algo sin importancia. Ya no era posible considerar la exaltación ya sea como nación o como individuo. Cuando las circunstancias se observan desde un punto de vista espiritual, sólo puede haber un reconocimiento de que «todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» y que «el mundo entero está bajo el maligno» (Ro 3.23; 1 Jn 5.17). La santidad de Dios y el pecado del hombre son lo único que cuenta.


Aquí está la clave de la situación actual. ¿Vemos nuestra necesidad de humillarnos? ¿Vemos esta necesidad como miembros de la Iglesia? ¿La vemos como ciudadanos de nuestra nación? Nos enfrentamos con una situación mundial, sin saber qué es lo que va a ocurrir. ¿Habrá otra guerra? Si nuestra actitud todavía es: ¿por qué Dios permite esto?, ¿qué hemos hecho para merecer todo esto?, quedará al descubierto que aún no hemos aprendido la lección que aprendió Habacuc. No nos hemos humillado lo suficiente. Hemos pasado por alto que las dos grandes guerras mundiales fueron consecuencia inevitable de la impiedad de los últimos cien años, y todo por la arrogancia y el orgullo del hombre. ¿Ha reconocido la Iglesia que su condición actual y mucho de su sufrimiento se debe al castigo de Dios por la infidelidad y apostasía en que la misma Iglesia ha caído? Por mucho tiempo la propia Iglesia ha negado lo sobrenatural y milagroso, y ha puesto en duda la deidad de Dios y exaltado a la filosofía por encima de la revelación. ¿Tiene la Iglesia derecho a protestar si es que ahora está pasando por tiempos difíciles?, ¿se ha humillado en polvo y en ceniza?, ¿ha reconocido y confesado su pecado?, ¿tiene acaso el mundo derecho a protestar? A pesar de los juicios de Dios sobre nosotros, ¿ha habido humillación?, ¿existe un espíritu de arrepentimiento? Si lo hay, ¿dónde está?


No es bíblico ni tampoco espiritual mirar sólo a lo que es evidentemente impío. Cristianos y aun sus líderes tienden a dar la impresión de que el único problema es la posmodernidad. Han caído en el error en que Habacuc estuvo atrapado por un tiempo. Con frecuencia oímos decir: La Iglesia cristiana no es perfecta, pero la cultura posmoderna es peor, o: La Iglesia no es todo lo que debería ser, pero ¡miren tal o cual posición! Por tanto, no vemos la verdadera necesidad de la humillación. Muchos solo ven un problema —los caldeos o la cultura posmoderna— y mientras permanecen mirando ese problema no sienten ninguna necesidad de humillarse. La lección que aprendió el profeta Habacuc fue que el problema no tenía que ver con el nacionalismo o el antagonismo entre naciones. Se trataba de la santidad de Dios y el pecado. No nos queda más que humillarnos delante de Dios. Nada podría ser tan desastroso, o tan antibíblico como que la Iglesia considere que su primer deber es combatir al comunismo y, menos aún, el ser conducido a tal campaña por la iglesia romana. No hay tal cosa como la unión de la Iglesia y el Estado. Estos problemas no deben ser considerados políticamente, sino espiritualmente. Nuestra principal preocupación deber estar en la santidad de Dios y el pecado del hombre; ya sea en la Iglesia, en el Estado o en el mundo. A pesar de todo lo que se pueda decir de lo que se oponga a Cristo, lo primero que debemos preguntar es: ¿Qué de mí mismo? El hecho de que haya otros peores que yo, ¿significa que yo estoy bien? ¡Daniel y Habacuc no lo vieron así! Todos nosotros, al igual que Habacuc, debemos confesarle a Dios: ¡Hemos pecado contra ti y no tenemos derecho alguno de rogar en tu presencia que mitigues la sentencia! Se requiere con urgencia tal auto-humillación.


Adoración


Existe un segundo elemento en la oración y es el de la adoración. «Oh Jehová, he oído tu palabra y temí». Temor no significa en este caso que Habacuc sintiera temor por las situaciones que habían de venir, según la revelación que Dios le dio. No se trataba del temor por el sufrimiento que había de venir. La expresión sugiere más bien estar embargado por el asombro en la presencia de un Dios tan grande; la de una profunda adoración y respeto por Dios y sus caminos. Dios le había hablado acerca de su plan histórico. Por eso, el profeta, meditando sobre el hecho de que Dios está en su santo templo y todo el mundo a sus pies, quedó maravillado y asombrado. Cuando reconoció la santidad y el poder de Dios, dijo: «Temí». La actitud de «temor reverente» de la que se habla en Hebreos 5.7, es una actitud que no vemos entre cristianos, ni siquiera entre evangélicos. Existe un exceso de liviana familiaridad con el Dios Altísimo. Gracias a él, podemos entrar en su presencia confiadamente por medio de la sangre de Jesucristo. Sin embargo, esto jamás debería reducir nuestra reverencia y temor piadoso. El antiguo pueblo de Dios, en particular los más espirituales, vivían tan conscientes de la santidad y grandeza de Dios que aún temblaban al invocar su nombre. La santidad y el poder de Dios les hacía temblar y quedaban prácticamente estupefactos. Debemos acercarnos al Señor «agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor» (He 12.28,29).


Esto es esencial para un buen entendimiento de los tiempos en que vivimos. Debemos aprender a ver a Dios en su santo templo, por encima del flujo de la historia y de las cambiantes escenas del tiempo. En la presencia del Señor lo más sobresaliente es la naturaleza santa de Dios y nuestro propio pecado. Nos humillamos y con reverencia le adoramos.


Petición


Finalmente llegamos al aspecto de la petición. El apóstol Pablo dice: «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego». La verdadera oración siempre incluye estos tres elementos: humillación, adoración y petición. ¿Cuál es la petición en el caso de Habacuc? No es liberación o alivio, ni tampoco que Dios tenga misericordia de su pueblo, ni que impida la guerra con los caldeos. No pide que se evite el sufrimiento, el saqueo de Jerusalén y la destrucción del templo. No efectuó tal petición porque había comprendido que estos eventos eran inevitables y estaban bien merecidos. No le pide a Dios que cambie su plan. La única carga que pesa sobre el profeta ahora es su preocupación por la causa, la obra, y el propósito de Dios en su propia nación y en el mundo entero. Su único deseo es que las cosas estén bien hechas. Había llegado al punto en que, en efecto, podía decir: ¡Lo que yo y mis compatriotas tengamos que sufrir, no importa, con tal de que tu obra sea avivada y mantenida en pureza! Su gran ruego es que Dios avive su obra en medio de los tiempos. «Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer». La expresión «en medio de los tiempos», o «en medio de los años» (2) se refiere a esos eventos terribles y que estaban profetizados para ser cumplidos en esos tiempos. Una paráfrasis adecuada podría ser: «En medio de los tiempos de sufrimiento y calamidad que tú has predicho, aun en medio de ellos, oh Señor, aviva tu obra.» Esta es una oración sumamente apropiada para la Iglesia en el día de hoy. Si nos preocupamos más por el riesgo que significa afrontar otra guerra mundial que por la pureza y bienestar espiritual de la Iglesia, esto representa una seria reflexión sobre nuestro cristianismo. ¿Qué es lo que principalmente nos preocupa como creyentes? ¿Son los eventos del mundo que nos rodea? ¿O es el nombre y la gloria de nuestro Dios Todopoderoso, la salud y condición espiritual de su Iglesia, la prosperidad y el futuro de su causa entre los hombres? Para Habacuc solo había una preocupación. A pesar de saber lo que iba a ocurrir rogó por un avivamiento de la causa de Dios en Israel.


La palabra hebrea utilizada para «aviva», tiene el significado básico de «preservar» o «mantener vivo». El gran temor de Habacuc era que el pueblo de Dios fuera completamente destruido, de manera que oró pidiendo: Preserva, oh Dios, mantén en vida, no permitas que sea abatido. Además, avivar no sólo significa mantener en vida o preservar sino también purificar, corregir, y eliminar lo malo. Esta es siempre una acción esencial en la obra de avivamiento que Dios hace. En cada una de las historias de avivamiento leemos que Dios ha purificado, eliminando el pecado, la escoria y las demás cosas que frenaban su causa.


Hay otro factor importante y es que mientras la Iglesia es preservada, purificada y corregida, está siendo preparada para la liberación. El profeta observa la calamidad que se aproxima y dice: «Oh Señor, mientras somos castigados, prepáranos para la liberación que ha de venir. Haz que todo tu pueblo sea digno de la bendición que has de derramar.» Parece decir: Recuerda tu obra, y haz que sea lo que siempre quisiste que sea; que la Iglesia funcione como debe funcionar. Esta oración, al igual que la de Daniel, fue respondida en forma concluyente cuando estaban en cautividad en Babilonia, en manos de los caldeos. Dios contestó el pedido de un avivamiento por medio del castigo, y precisamente durante el tiempo en que el castigo se ejecutaba.


La apelación final de Habacuc es conmovedora. «En la ira, acuérdate de la misericordia». Matthew Henry señala en su comentario que Habacuc no pide a Dios: «Oh, Señor, comprendo que este castigo era necesario, pero recuerda que hemos procurado ser buenos, y que han habido peores períodos en nuestra historia.» No le pide a Dios que los recuerde por algún mérito, sino que ruega para que en medio de su ira se acuerde de la misericordia. «Ira» significa la perfecta justicia y rectitud de Dios. Todo lo que hace es recordarle a Dios su propia naturaleza y de ese otro aspecto de su divina persona, que es la misericordia. Pareciera decir: «Mitiga la ira con misericordia. No podemos pedir más que tú actúes como eres, y que en medio de la ira, tengas misericordia de nosotros.»


Aquí tenemos una oración modelo para el tiempo en que nos toca vivir. En los días de oración nacional durante la segunda guerra mundial, parecía predominar el criterio que nosotros estábamos bien. Además, creíamos que todo lo que debíamos hacer era pedir que Dios derrotara a nuestros enemigos, quienes eran los únicos que estaban mal (3). No se dio lugar a una verdadera humillación ni a la confesión de pecado, ni lamento por nuestra pecaminosidad y separación de Dios. El mensaje del libro de Habacuc es que nos humillemos en verdad, olvidando a los demás y aquellos que son peores que nosotros. Debemos vernos tal como somos en la presencia del Señor y confesar nuestros pecados y encomendarnos en sus manos todopoderosas. Hasta que no hagamos todo eso, no tenemos derecho a disfrutar de la paz y la felicidad.


Mientras el mundo no aprenda estas tremendas lecciones de la Palabra de Dios, no hay esperanza para él. Habrá guerras y más guerras. Que Dios nos dé la gracia para aceptar este mensaje de la Biblia y aprender a ver las situaciones no desde el punto de vista político, sino del espiritual.


Este principio tiene aplicación personal. Debemos enfrentar nuestra situación personal de la misma manera, preguntándonos: ¿Hay algo en mi vida que está mereciendo el castigo de Dios? Examinémonos y humillémonos bajo la poderosa mano de Dios y preocupémonos principalmente por el estado de nuestras almas. El problema es que siempre miramos a la situación y al problema, en lugar de procurar descubrir si hay algo en nuestra vida que conduce a Dios a proceder de esta manera. En el momento en que yo me preocupo realmente del estado de mi corazón, en lugar de mi aflicción, estoy ya transitando por la avenida de la bendición de Dios. La epístola a los Hebreos declara que la disciplina es una prueba de que somos hijos de Dios. «El Señor al que ama disciplina» (He 12.6). Si no sabemos lo que significa la disciplina, deberíamos alarmarnos pues si somos hijos de Dios, él se interesa por nosotros y se ha propuesto llevarnos a la perfección. Si no escuchamos su voz, buscará otra forma para llevarnos al fin propuesto. «El Señor al que ama disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo». Cuando las circunstancias son aparentemente adversas no debemos analizar la situación y formular preguntas, sino mirarnos a nosotros mismos y preguntar: ¿Cómo está mi corazón? ¿Qué me está diciendo el Señor por medio de esto? ¿Qué es lo que hay en mí que merece esta acción por parte de Dios? Después de examinarnos y humillarnos deberíamos colocarnos en las manos de Dios y decir: Tu camino y no el mío, Señor, no importa cuán duro sea. Mi única preocupación es que mi corazón esté bien contigo. Sólo pido que en la ira recuerdes la misericordia, pero sobre todo, continúa con tu obra para que mi alma sea avivada y que sea agradable a tus ojos.


Esa fue la actitud de Habacuc. Fue la actitud de todos los verdaderos profetas de Dios. Es siempre la actitud de la Iglesia en todo tiempo de despertar espiritualmente y experimentar un avivamiento. Es la única actitud correcta, bíblica y espiritual para la Iglesia y para cada creyente en lo individual en esta hora presente. Deberíamos pensar menos en la amenaza de cualquier situación que ponga en peligro a la Iglesia. Deberíamos preocuparnos más por su salud y su pureza, y por sobre todo esto, mostrar preocupación por la santidad de Dios y dolor por el pecado humano.


Tomado y adaptado del libro Del temor a la fe, D. Martyn Lloyd-Jones, Desarrollo Cristiano Internacional-Hebrón.


Notas del autor:

1. Compárese con la oración de Daniel, en Daniel capítulo 9.

2. Compárese la Biblia de Jerusalén que traduce: «En medio de los años» y comenta: «es decir, en nuestro tiempo».

3. Nota del traductor: El autor, siendo de nacionalidad británica, habla en primera persona plural, refiriéndose a sus connacionales.

Masacre de Bartolome


amados hermanos, siempre que hablamos de la reforma creemos que esta solo se remonta a Lutero y Calvino, pero la necesidad de reforma siempre a estado en el hombre desde que el imperialismo se unió con la religión en lo que llaman el catolicismo romano, o el papismo, los cuales buscaron callar a los protestantes que en cada época se han dado, la imagen que se observa arriba es la masacre de san bartolome la cual fue una enorme matanza de protestantes.

espero que lea como los cristianos han sido martirez por cristo en manos de hombres que se hacen llamar cristianos:

También fue una de las matanzas religiosas más grandes que surgieron en toda Europa; pues la población católica se volvió muy agresiva con las personas de religión protestante. La rivalidad política entre los católicos y los protestantes franceses (hugonotes) provocó la matanza de la Noche de San Bartolomé en 1572. El rey Carlos IX de Francia y su madre, Catalina de Medici, temían que los hugonotes alcanzaran el poder. Por este motivo, ordenaron el asesinato de miles de ellos a finales de agosto. La matanza comenzó en París el 24 de agosto y se extendió a las restantes provincias del país.
[editar]Una paz y un matrimonio no aceptados

La Paz de Saint-Germain, que puso fin a la tercera guerra de religión entre católicos y protestantes, resultó ser muy precaria, dado que los católicos más intransigentes no aceptaron varios de sus términos, como la vuelta del partido protestante a la corte y la administración. Tanto la reina madre Catalina de Médicis, como su hijo Carlos IX —que estaban dispuestos a realizar concesiones para que no volviera a recomenzar la guerra entre ambas facciones y sabían de las dificultades financieras del reino—, defendieron los términos de la paz y permitieron que Gaspar de Coligny, líder de los protestantes, formara parte del consejo real.
Para afianzar la paz entre los dos partidos religiosos, Catalina de Médicis concertó el matrimonio de su hija Margarita con el príncipe protestante Enrique de Navarra, futuro rey Enrique IV de Francia. La boda, prevista para el 18 de agosto de 1572, no fue aceptada ni por el Papa Pío V, ni por su sucesor Gregorio XIII, en funciones cuando tuvo lugar la matanza. Asimismo, el rey Felipe II de España condenó de manera rotunda la política de la reina madre, y acabaría siendo el beneficiario de los hechos.3
[editar]Una ciudad en tensión

La boda propicia, en Paris, la presencia de un gran número de nobles protestantes que acuden en apoyo del príncipe. París era, en aquel momento, una ciudad decididamente antihugonote: los católicos más extremistas no aceptaban de buen grado la presencia de los protestantes. Los predicadores católicos, capuchinos principalmente, hicieron patente su rechazo frontal hacia el matrimonio de una princesa de Francia con un protestante. Incluso el Parlamento de París decide mostrar su malestar por este matrimonio. Las protestas del pueblo se evidenciaron, y se acentuaron ante el derroche de gastos y lujos que este matrimonio comporta.
La corte está en tensión. Catalina de Médicis no logra obtener el permiso del Papa para este matrimonio excepcional. Los prelados franceses dudan, no sabiendo qué actitud tomar. La reina madre pone en juego todas sus estrategias a fin de convencer al cardenal de Borbón para que oficie los esponsales. La rivalidad latente entre los dos bandos religiosos reaparece de nuevo. La Casa de Guisa no está dispuesta a ceder su lugar a los Montmorency. Francisco de Montmorency, duque de Montmorency y gobernador de París, no consigue controlar las revueltas urbanas. Tratando de eludir los problemas que se avecinan, prefiere abandonar la ciudad unos días después de celebrado el matrimonio.
[editar]La tentativa de asesinato de Coligny

El 22 de agosto de 1572 se perpetró un atentado con arcabuz contra Gaspar de Coligny. El almirante perdió como consecuencia un dedo y resultó herido en el brazo izquierdo. Las suposiciones se orientaron inmediatamente hacia el bando de los Guisa y se apuntó (probablemente sin razón) a la complicidad de la reina madre, Catalina de Médicis. ¿Por qué este atentado? Tal vez para sabotear el proceso de paz. Pero los más exaltados vieron en él un castigo divino. Si actualmente resulta imposible dilucidar quién fue el inductor del atentado la historiografía ha apuntado tres nombres:
Los Guisa: son los sospechosos más probables. Mentores del partido católico, habrían querido vengar la muerte de Francisco de Guisa, asesinado diez años antes y, según ellos, por orden de Coligny. El disparo contra el almirante se hizo desde la casa de un miembro de la familia. El cardenal de Lorena, el duque de Aumale y la duquesa viuda Antoinette serían los miembros de la familia determinantes. Sin embargo algunos historiadores piensan que los Guisa estaban demasiado ansiosos de recuperar el favor del rey por lo que no hubieran cometido la imprudencia de hacer algo que le irritase.
El duque de Alba, gobernador de los Países Bajos en nombre de Felipe II: Coligny proyectaba intervenir militarmente en los Países Bajos para liberarles del yugo español, continuando con la alianza que había contraído con los Nassau. En junio había enviado clandestinamente una tropa numerosa para socorrer a los protestantes de Mons asediados por el duque de Alba. Tras el matrimonio de Enrique de Navarra y Margarita de Valois, Coligny esperaba que estallase finalmente la guerra contra España a fin de consolidar la unión entre católicos y protestantes franceses. A los ojos de los españoles el almirante representaba por tanto una amenaza cierta. Sin embargo, la correspondencia de Diego de Zúñiga y Benavides, embajador español en Francia, el duque de Alba o Felipe II, no permite probar la implicación de la corona española en el atentado contra el líder hugonote. Al contrario, Diego de Zúñiga afirmaba en sus despachos que la presencia de Coligny al lado de Carlos IX constituía ante todo un freno a la guerra abierta en los Países Bajos. Según el embajador, la corona francesa no se «quitaría la máscara» y continuaría practicando una guerra encubierta a fin de no reforzar la influencia de Coligny como cabeza de las tropas reales.4
Catalina de Médicis: según la tradición, Coligny habría adquirido demasiada influencia sobre el joven rey. Carlos IX le había escogido como su favorito, llamándole fraternalmente «mon père». Inevitablemente la reina madre sufriría celos y un gran temor de ver a su hijo arrastrado a una guerra contra la potencia española conforme a los consejos políticos del almirante. Sin embargo, la mayor parte de los historiadores contemporáneos encuentran difícil creer en la culpabilidad de Catalina de Médicis a la vista de sus esfuerzos por alcanzar la paz en el interior de Francia y la tranquilidad del Estado. Para otros, no estaría probado además que Coligny ejerciese una influencia decisiva sobre Carlos IX.
Finalmente, queda la hipótesis de un acto aislado, encargado por alguna persona de importancia secundaria, cercana a los medios de los Guisa y pro-españoles.
[editar]La noche de San Bartolomé

La masacre El intento de asesinato de Coligny es el desencadenante de la crisis que desembocó en la matanza. El almirante Coligny era el líder del partido de los hugonotes, sumamente respetado. Consciente del peligro protestante, el rey se entrevistó con Coligny asegurándole amparo. Mientras la reina madre cenaba, los protestantes irrumpieron a pedir justicia. Esta situación hizo crecer los temores de una revuelta de los hugonotes buscando represalias; más aún, la presencia en las afueras de París del cuñado de Coligny, al mando de unos 4.000 hombres que acampaban allí, creó en los católicos de la ciudad la certeza de que se preparaba una matanza por parte de los protestantes para vengar el atentado. Esa misma noche, Catalina de Médicis mantuvo una reunión en las Tullerías con sus consejeros italianos y el barón de Retz.
La noche del 23 de agosto, Catalina se entrevista con el rey para discutir la peligrosa situación. Carlos IX decide, entonces, eliminar a los cabecillas protestantes, excepción hecha de los príncipes Enrique de Navarra y el príncipe de Condé. Poco después, las autoridades municipales de París fueron convocadas a palacio. Se les ordenó cerrar todas las puertas de la ciudad y proporcionar armas a los burgueses, a fin de prevenir cualquier tentativa de sublevación. Es difícil, todavía, determinar la cronología de los hechos y conocer el momento exacto en el que empezó la masacre. Parece ser que fue una señal dada por las campanadas de maitines desde la iglesia de San Germán-Auxerrois, próxima al Louvre y parroquia de los reyes de Francia. De inmediato, los nobles protestantes fueron expulsados del palacio del Louvre y masacrados en las calles. El almirante Coligny fue sacado por la fuerza de su lecho y arrojado a la calle por una ventana de palacio. Ya de madrugada, el pueblo empezó a perseguir a los protestantes por toda la ciudad. La matanza de miles de personas continuó durante varios días pese a las tentativas del rey por detenerla.
[editar]Interpretación

La conclusión de lo acontecido se dirime entre las causas y la responsabilidad de la matanza:
La interpretación tradicional es la de que Catalina de Médicis y sus consejeros católicos fueron los principales responsables de lo sucedido. Ellos habrían forzado a Carlos IX, dubitativo y veleidoso, a tomar una decisión que se demostró equivocada.
Para otros, Carlos IX temía una insurrección protestante, que habría tratado de sofocar para defender su poder. La responsabilidad de lo ocurrido recaería, por tanto, sobre Carlos IX, no sobre Catalina de Médicis.
Finalmente, existe la opinión de que fueron los ciudadanos de París, profundamente antihugonotes, los verdaderos responsables de la matanza. Los Guisa, muy populares entre el pueblo, aprovecharon esta situación para presionar tanto al rey como a la reina. Y Carlos IX habría provocado este amotinamiento obligado por los Guisa, la burguesía y el pueblo.
[editar]El día de San Bartolomé

Sea como fuere, la noche de San Bartolomé resultó provechosa para algunos. El 26 de agosto el rey, en una sesión solemne de las Cortes les endosó la responsabilidad de la matanza. Declaró que él pretendía:
"prevenir la ejecución de una detestable y desdichada conspiración tramada por el susodicho almirante, jefe y autor de la misma y sus secuaces y cómplices contra el rey y su Estado, la reina, su madre, MM. sus hermanos, el rey de Navarra y cuantos príncipes y nobles que estuvieran a su lado."
De todos modos, en las capitales de provincia se secundó la masacre. El 25 de agosto los asesinatos tuvieron lugar en Orleans y Meaux; el 26 en la Charité-sur-Loire; el 28 y 29 en Angers y Saumur; el 31 de agosto, en Lyon; el 11 de septiembre en Bourges; el 3 de octubre en Burdeos; etc. El número de muertos se estima en total en 2.000 en París y de 5.000 a 10.000 en toda Francia.
Tras estos hechos, las opiniones moderadas quedaron abrumadas "por la intensidad del odio político-religioso que llevó, en 1572, a la matanza de protestantes de París, que se hizo tristemente famosa en Europa, menos para los católicos recalcitrantes: el papa acuñó una moneda conmemorativa".5 Es más, el papa Gregorio XIII, en cuanto supo la noticia, organizó un solemne Te Deum en la basílica de San Pedro. Mientras Felipe II de España demostró su satisfacción, por su parte, Isabel I de Inglaterra se negó a recibir al embajador francés, hasta que pareció aceptar la tesis de la conspiración.
La matanza de San Bartolomé desembocó en la cuarta guerra religiosa. Las hostilidades se reanudaron (aunque fueron interrumidas por treguas, 1575-1580). El Edicto de Nantes, de 1598, concederá libertad de culto (no en París), y sobre todo se aplicará ya una tolerancia religiosa.6
En los medios intelectuales, Giovanni Bottero o Tommaso Campanella (el autor de una Utopía) se desesperaron por las luchas intestinas de Europa.7 Las guerras de religión fortalecen la idea de nación particular y, por su parte, Jean Bodin expuso en La república (1576) una teoría de la monarquía absoluta marcadísima.8 Las heridas sólo se curaron con mucho tiempo, como pronto a principios del siglo XVII por las nuevas ordenanzas reales; pero los límites entre los países, tras las guerras pararelas, se convirtieron en auténticas fronteras fijas y permanentes, dadas las suspicacias generadas: la división de Europa se acentuó definitivamente. La ruptura norte-sur implicó la división entre un estado federal y más libre y otro, en el sur, con tendencias absolutistas.9

  

jueves, 8 de noviembre de 2012

una verdadera reforma



Dios ha buscado varones que luchan por la verdad bíblica como  Calvino pero también el enemigo levanta instrumentos para la confucion como Arminio les recomiendo la lectura que sigue pues brinda una mirada holistica de lo que significa reforma.


Título: La reforma viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios
Introducción
El motivo que nos reúne hoy es histórico. Solo pensar en la palabra “historia” muchas ideas diferentes vienen a nuestra mente, aunque sin duda, pensamos en algo que ya pasó. En mi experiencia como estudiante, sin negar mi responsabilidad que tenía por aprender independientemente del profesor o profesora, fueron pocos los que trataron de incentivar el valor que tiene la historia más allá de hechos que parecieran que nada tuvieran que ver con nosotros, como eventos aislados, podemos reconocer algunas de sus consecuencias, o recordar sus fechas, pero poco a poco, y en especial, en un país como el nuestro, se hace cada vez más evidente el desprecio por la historia al ver cómo año con año, ciertas efemérides no son más que simplemente un feriado. Un pretexto para tener un fin de semana largo.
Esta carencia que inicia desde las aulas se traslada también al saber popular. Basta con prestar atención a los refranes, la música y los consejos de hoy, para ver la contradicción que se da en torno al pasado inmediato, ni hablemos de historia de hace cientos de años, sino en nuestras propias vidas.
Por un lado, tenemos refranes como: “Nadie escarmienta en cabeza ajena”. Podemos ver las consecuencias tristes de varias decisiones y acciones en la vida de una persona, sabemos con certeza lo que nos pasará si seguimos ese ejemplo, y a pesar de todo, lo hacemos. No aprendimos de esa historia.
Otras nos parecen enseñar que todo antes fue una maravilla, “Recordar es vivir”. El escritor de Eclesiastés desde esa época nos advierte ante este tipo de pensamiento: “¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueran mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría”.
Tenemos extremos peligrosos. Tenemos los que se quedan encerrados en las partes que les gustó del pasado y olvidan que hay un futuro que aguarda y que hay que enfrentar. Pero el otro extremo, es igual, si no que más peligroso todavía, y es olvidar por completo, y lo curioso, hasta lo cantamos con alegría: “Ya lo pasado, pasado, no me interesa… ya olvidé”.
Sé que hay un contexto para cada una de esas frases, pero hubo un propósito en traer esos ejemplos y es
que realmente no nos sirven, porque a la hora de la hora, son fluctuantes, son cambiantes, no son un cimiento firme que nos ayuden a conducirnos en la vida.
La Biblia en cambio, sí es, no un cimiento, sino el firme cimiento que se le ha dado a la fe. Sé que muchos podemos decir “Amén” a ello, pero la Biblia misma nos desnuda como somos, y que es parte de la condición humana, olvidar, y en particular, cuando se trata de la Palabra de Dios.
El Éxodo inicia contando que después que murió toda aquella generación de José y sus hermanos, se levantó un rey sobre Egipto que no conocía a José. Ignoraba que fue por la revelación de Dios a José que en su momento, los sueños de Faraón pudieron ser interpretados y así conservar la vida de la nación. Olvidaron la historia.
Más adelante parecería que el pueblo de Israel aprendió que no debían olvidar. Cuando cruzan el río Jordán, Josué erige o levanta doce piedras en medio del río y le dice al pueblo: “Así le dirás a tus hijos cuando preguntaren qué significan estas piedras: Israel pasó en seco por este Jordán, porque Jehová nuestro Dios secó las aguas del Jordán delante de nosotros”.
Hasta señales estaban poniendo. Muere Josué y muere toda aquella generación, y ahora lo que se nos dijo de los egipcios, se nos dice también del que era el pueblo de Dios: “Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que Él había hecho por Israel, se apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo a los mandatos de Jehová; ellos no hicieron así”.
Podríamos continuar con el ejemplo de este patrón de olvido con los diversos jueces que Dios levantó para el pueblo, y eventualmente con los reyes que tendría Israel, hasta llegar a nuestro texto esta tarde, donde el pueblo nuevamente había dejado en olvido la Palabra de Dios, el libro de la ley, pero termina con un cierre esperanzador, porque la reforma llega al final, porque así como la fe es por el oír, y el oír por la Palabra de Dios, la reforma llega por el oír y atender a la Palabra de Dios
Cuerpo
Entre este olvido y la reforma, hay tres puntos principales que destacan en nuestro pasaje y son los siguientes: 1. Una aparente reforma, 2. el fundamento de una verdadera reforma y 3. los cambios que llevan una verdadera reforma.
Una aparente reforma
En primer lugar, vemos una aparente reforma. ¿Por qué digo aparente? Como les dije al inicio, el motivo que nos reúne hoy es histórico y este pasaje tiene un amplio contexto histórico, que se hace evidente en el versículo dos: “E hizo lo recto antes los ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda”.
Si desconocemos el pasado antes de Josías, este versículo no diría mucho, pero si leemos quiénes fueron los reyes antes de él, sabríamos entonces que David no era directamente el padre de Josías, sino que fue Amón, y su abuelo fue el rey Manasés. Entonces las preguntas que salen a relucir son, ¿quién fue este David y cómo fue su reinado para que sea tomado como un referente?
El tiempo es corto para abarcar la historia y reinado de David, pero él, el hijo menor de Isaí, se convirtió en el sucesor del trono de Israel, luego que Saúl fuera desechado. David, del linaje de Judá, si bien se nos narran sus pecados, también nos es descrito como un varón que fue conforme al corazón de Dios. Destaca su enfrentamiento contra Goliat, reconociendo que es de Jehová la victoria en la batalla y así también, su temor a Jehová, al no poner mano sobre Saúl, quien se había vuelto su enemigo, a pesar que tuvo la oportunidad de tomar la vida de él en varias ocasiones, pero no lo hizo porque no él no extendería su mano contra el ungido de Jehová.
El punto es que el reinado y la vida de David se convirtió en un referente. ¿De qué nos serviría que el autor de Reyes nos diga que el reinado de zutano o de fulano fue conforme al de David si no tuviéramos esa historia registrada? No obstante, si tenemos ese testimonio y en varias ocasiones, lo reinados que seguirían al de David serían descritos así: “Y reinó tal persona a tal edad y hasta tal edad, reinó por tantos años e hizo conforme a David su padre o no hizo conforme a David, sino según las naciones vecinas, sino según algún otro rey que fue de todo menos piadoso”.
Tal es el caso de Amón, papá de Josías y de Manasés, abuelo de Josías. Empecemos con Manasés. Leamos el resumen de su reinado en [2 Re. 21.2]. No podemos darnos una idea correcta de la maldad de este hombre porque fue tal, que a pesar de ver todo lo que pasará durante el reinado de Josías, que al final, se nos dice: “Con todo eso, (es decir, con toda la reforma que se llevó a cabo), Jehová no desistió del ardor con que su gran ira se había encendido contra Judá, por todas las provocaciones con que Manasés le había irritado”.
Sorprende también que reinara por 51 años, porque luego llega su hijo Amón, que se nos dice que hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como había hecho Manasés su padre, ¡pero solo reinó dos años!
Cuando se comparan estos dos últimos reinados con el de Josías, y en realidad, cuando se compara con muchos de los reinados que hubo en Israel, contando los que hubo a pesar de la separación entre Judá y las demás tribus, este reinado es quizá, junto con el de Ezequías, el más destacable.
No obstante, durante los primeros años fue un cambio aparente, una reforma aparente. Y digo que fue aparente no tanto por Josías mismo, sino por el pueblo. Hago esta salvedad, porque es notorio que el rey ejecutó muchas obras antes del hallazgo del libro de la ley. En [2 Crónicas 34.3-7] se nos cuenta cómo procuró limpiar el territorio de los lugares de idolatría, de las imágenes y esculturas de dioses falsos. Aunque sin saber lo que decía el libro de la ley, posiblemente por influencia de su madre y algunos profetas que Dios levantó durante ese reinado y sin duda, por la gracia de Dios, Josías fue preservado del mal y bien instruido, pero nos hemos percatado que antes que el libro fuera leído, que tanto el sacerdote Hilcías, como el escriba Safán, lo tuvieron, y para saber que se trataba del libro de la ley, tuvieron que examinarlo y leerlo para darse cuenta y sumemos el hecho que el rey no estaría solo cuando fue leído. Los demás encontraron el libro, leyeron y nada pasó (“-! Hombre, pues, esto es Deuteronomio!” y ¡nada!).
Por años, estos hombres y el resto del pueblo ha visto el ejemplo del rey y ellos mismos ser convencidos de actuar de una manera similar, pero era todo una apariencia, eran acciones externas que no reflejaban lo que había en el corazón.
Dos aplicaciones breves se desprenden de este primer punto.
Primero: Destruir una estatua, un altar, es algo que podemos hacer, pero no ataca la raíz del problema, porque nuestros corazones son una fábrica de ídolos. Fácilmente nos engañamos pensando que no somos idólatras por el simple hecho de no rezar a santos ni peregrinar a una muñeca de piedra, y lo más seguro es que hemos hecho de nuestro propio ser, nuestro ídolo.
Nos hemos convencido de que somos buenos y en realidad, al igual que el pueblo de Israel, hemos olvidado el libro de la ley. Preguntamos a las personas y ellos pueden reconocer que no están bien,
“Pues sí, tengo mis defectos, nadie es perfecto, -perfecto solo Dios-, todos somos pecadores… pero en realidad, no soy una mala persona, no me meto con nadie, dejar vivir, dejar hacer”. Y es peor cuando la muerte llega, los primeros días, nadie habla mal, porque ese que murió era una gran persona.
Esto no se limita claramente a los de afuera, dentro de las congregaciones también pasa. Nos hemos satisfecho con cumplir una asistencia, con fijarnos ciertos parámetros de lo que podemos hacer y lo que no deberíamos hacer, en el mejor de los casos, leemos la Biblia una vez al día y si es posible, completa una vez al año, pero en el sentido práctico, el libro de la ley está igualmente olvidado, porque cuando somos confrontados a ella, es nuestro parecer lo que prevalece, la leemos imponiendo nuestro pensamiento sobre ella y nos quedamos con lo que nos gusta, con lo que parece afirmar lo que creemos e ignoramos el resto.
El testimonio de Dios estuvo olvidado durante los días de Josías, lo estuvo hace 494 años y lo está hoy también.
La segunda aplicación sobre esta aparente reforma nos lleva a reconocer que Dios ejecuta con su Palabra lo que quiere y que ésta tiene el efecto que Él desea en los que Él quiere. Muchos leyeron y escucharon, pero solo uno fue quebrantado.
El fundamento de una verdadera reforma
Solo uno fue quebrantado y esto nos lleva a nuestro segundo gran punto: El fundamento de una verdadera reforma. En primera instancia, uno solo no parece un gran número, no parece estar en armonía con la idea de una reforma y un gran movimiento. Ese afán por los números, por reportar grandes cantidades de personas supuestamente convertidas, por cuánto hemos crecido financieramente o cuántos nuevos edificios y bienes materiales hemos adquirido fallan miserablemente como parámetros de una reforma.
¿Estoy diciendo que no quiero un gran movimiento de almas llegar a Cristo? Para nada. Pero lo que hoy se proclama como avivamiento, como el año del Señor, yo declaro esto, yo reclamo lo otro, profetizo el 2012 como el año de la gran cosecha, no tiene relación alguna con la reforma, con la transformación en las vidas producto del Evangelio, tal y como lo muestra la Biblia.
Hermanos y amigos que nos acompañan esta tarde, yo no les voy a decir que el 2012 será el año de la reforma para Costa Rica, pero sí les puedo decir que debemos hacer por lo resta de este año y el que vendrá y todos los demás hasta que muramos o el Señor venga y esto es: predicar todo el consejo de Dios, contenido única y exclusivamente en su Palabra porque el mismo mensaje que humilló y transformó a Josías es el mismo mensaje que humilló y trasformó a Lutero, es el mismo mensaje que nos ha humillado y llevado al arrepentimiento y es el mismo mensaje que, por el poder del Espíritu Santo seguirá despedazando los corazones de piedra y dando corazones tiernos de carne, regenerados para obedecer, que nosotros, habiendo olvidado la ley de Dios, incapaces de cumplirla, Dios envió a Su Hijo, y Cristo el que no conoció pecado, fue hecho pecado para que nosotros fuéramos declarados justos delante del Padre, esto es el Evangelio y el Evangelio es poder de Dios para salvación, porque el justo por la fe vivirá.
Este es el fundamento de la verdadera reforma, el mensaje que solo se halla en la Escritura de la salvación que es solamente por gracia por medio de la fe exclusivamente en Jesucristo para la alabanza de la gloria de la gracia de Dios.
Pero esta gracia no puede ser apreciada cuando se omite en la predicación que hemos olvidado la ley, que somos culpable de toda ella y que somos incapaces de cumplirla. Más bien, los papeles se han invertido y en lugar de ser nosotros los deudores, es Dios quien está en deuda con nosotros, y está a nuestro servicio, es simplemente un medio para que Él satisfaga todas nuestras demandas para dar cabida a nuestros deseos terrenales.
Eso no fue lo que entendió Josías cuando escuchó la ley, ¿qué mandó a consultar? (Notemos que no manda a preguntar solamente por él, sino por todo el pueblo, de nuevo, ha sido el mismo mensaje para toda criatura en todo momento):
Versículo 13: “Id y preguntad a Jehová por mí y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito”.
Somos nosotros los que tenemos que hacer conforme, no Dios quien tiene que conformarse a nuestras demandas y nuestros gustos. Josías, quien ya había derribado varios altares, escuchó las palabras del libro y dijo: No hemos hecho conforme.
Esa es la verdad, no importa cuánto empeño pongamos, no podremos cumplir la demanda de obediencia perfecta que Dios exige, pero a la vez, hay una promesa que es el bálsamo para esa alma que ha sido quebrantada y humillada por la Palabra de Dios, [Isaías 66.2] dice: Yo Jehová miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.
Los cambios a los que lleva una verdadera reforma
Este temblar ante la Palabra, nos introduce a nuestro tercer punto: Los cambios a los que lleva una verdadera reforma. Y por cambios, no tengo en mente las consecuencias políticas, sociales, culturales o de cualquier otra índole aparte de aquellos que conciernen al pueblo de Dios y el mensaje que deben proclamar y el cambio que ese mensaje produce en las vidas de aquellos que lo reciben.
Veamos qué hizo Josías una vez recibió la respuesta de parte de Jehová: [23.1-3]. Nadie podía quedarse sin escuchar la Palabra. Nadie quedaría con la excusa de poder decir, no sé de qué libro y de qué ley me hablas, y lo que es más, el pacto y el compromiso hacia la Escritura.
Guardarla con todo nuestro ser, nuestras fuerzas y nuestras mentes. Lo que pensamos, cómo y cuándo expresamos nuestros sentimientos y emociones, todo está involucrado en cumplir la Palabra. No podemos separar el amor de la obediencia.
Las palabras que leemos aquí son un eco del gran mandamiento, ¿cuál es el gran mandamiento? “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente”. Si decimos amar a Dios, amar a Cristo, amaremos entonces la Palabra. El Señor lo dijo con toda claridad: “Si me aman, guardarán mis mandamientos, ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando”.
Amar a Dios con todo nuestro ser, corazón, fuerzas y mente, es amar su Palabra, guardarla como un tesoro, y esto es, obedecerla, porque en obedecer hallamos delicia. “Me regocijaré en tus mandamientos, los cuales he amado”, dice el Salmo 119.47.
¿Qué es entonces guardar la Palabra con todo el corazón y con toda el alma? Se resume en hacer lo que está escrito. Y este hacer se puede dividir de dos maneras. Por un lado, hacer aquello que no estábamos haciendo, leemos la Biblia y vemos, el Señor nos manda a esto y no lo estoy haciendo, hagámoslo. En segundo lugar este hacer, es dejar de hacer, y es dejar de hacer aquello que no es conforme a lo que Dios nos enseña.
Vemos un ejemplo de ambas situaciones en la verdadera reforma traída por la Palabra. Más adelante Josías está haciendo de nuevo una limpia de ídolos. [23.4-8]. ¿Cuál es la gran diferencia? Antes de que encontraran la ley de Dios, uno pudo haber preguntado, ¿por qué están derribando los altares y quebrando las estatuas? “Porque el rey Josías así lo ha querido, así lo ha mandado, nosotros seguimos el ejemplo del rey”. Pero ahora podemos preguntar, ¿por qué están quitando todo esto y por qué lo llaman abominación? Porque el Dios de Israel lo ha mandado así, no una mera tradición, no un mero seguir lo que la autoridad dice sin dar un fundamento adecuado para ello, sino que Dios ha dicho explicítamente: “No tendrás dioses ajenos delante de mí ni te harás imagen de ellos, Yo soy Jehová el Dios de dioses”.
Guardar la Palabra, cumplirla es dejar de hacer aquello que explícitamente Dios desaprueba y repudia, y que no nos ha mandado a hacer.
Pero es también hacer lo que debemos y no hacemos. Ellos siguen leyendo la Palabra y se dan cuenta que hay una Pascua que no han celebrado: “Pero, ¡Señores, también hay una Pascua que no hemos celebrado y debemos celebrar, y celebremos esta como Dios manda! [21.21-23].
Debemos caer de rodillas cada vez que vemos cuánto nos falta para glorificar a Dios en todo lo que hacemos, cuando incluso lo más cotidiano como el comer y el beber debe ser hecho para su gloria, y nos falta para guardar el día del Señor como Él quiere que lo guardemos, que demostremos nuestro amor por los hermanos en la fe que nos ha dado, un amor que corrige y exhorta, que se goza y entristece y que está atento a las necesidades. ¿Estamos bautizando y observando la cena del Señor conforme a lo que está escrito? Son preguntas válidas que no debemos dar por sentado que ya estamos haciendo lo mejor que se puede hacer.
Conclusión
Esta es la exposición de nuestro texto. Antes de concluir quiero compartir dos puntos de cierre con ustedes, el primero es un breve marco histórico de por qué consideramos que esta época de Josías guarda mucha similitud con lo que sucedió hace 494 años y por qué estimamos que es necesario que suceda de nuevo en nuestros días y el segundo punto y final, unas palabras de aliento y paz, que tenemos por parte de Jehová en este mismo texto.
Marco histórico:
¿Por qué afirmo que hay tanta similitud? Como en los días de Josías, la Biblia era un libro olvidado hace 500 años. ¿No habían Biblias? Claro que habían, pero no estaba a disposición del pueblo y las que habían no estaban en el idioma que el pueblo pudiera entender. De entrada, nuestro época es distinta, porque más bien, ¿quién no tiene una Biblia? Hay tantas ediciones disponibles, tantas versiones, letra gigante, letra chiquita, letra roja, versión arco-iris, con concordancia, sin concordancia, de bolsillo, Reina Valera 1909, 1960, 1995, Nueva Versión Internacional, de las Américas. Hay para todo gusto, pero eso no quiere decir que no esté olvidada. En muchos casos está de adorno, no me la toquen, fue un regalo que me hicieron, ¿pero está llena de polvo? “Déjela así, no quiero que nada le pase”. Tenemos nuestros pasajes, nuestro salmo favorito, ¿y el resto? “No sé, es que este es el que me gusta”. En sentido literal y figurado, nuestras Biblias están guardadas en un escritorio o en la biblioteca. No la estudiamos, pastores no la predican, la leen, pero lo que predican es su parecer y su opinión, no se confrontan ante ella ni exponen todo el consejo de Dios. Rehuimos los textos controversiales o difíciles.
También, fue el estudio de la Escritura que convenció al pueblo del pecado de la idolatría, y fue el estudio de la Escritura que convenció a Lutero del error de las indulgencias.
¿Qué es un indulgencia? Una indulgencia es la remisión (suspensión, anular la sentencia o la pena) del castigo temporal a causa del pecado, la culpa del cual ha sido perdonada, y esto gracias al tesoro de méritos y satisfacciones de Cristo, de María y de los santos.
Así es, un tesoro de méritos, en su vida esos santos acumularon tantas buenas acciones delante del Padre, que quedó un excedente para el beneficio de los demás mortales, incluyendo a los difuntos. Cabe destacar que originalmente las indulgencias no se vendían, pero la necesidad de dinero, para construir la Basílica de San Pedro y hacer frente a las guerras, hizo que se viera en las indulgencias un gran negocio. Johann Tetzel, uno de los más destacados vendedores, es reconocido por estas palabras: “En el mismo instante en que la pieza de moneda resuena en el fondo de la caja, el alma sale del purgatorio”.
¿Dinero = favor de Dios? ¿Nos suena familiar ese razonamiento verdad? El falso evangelio de la prosperidad queda en evidencia en el momento que predicamos la verdad, pero para predicar la verdad, hay que saber cuál es esa verdad y estudiarla. Siempre será así, el error, la herejía, la falsedad, saldrá a relucir cuanto más nos aferremos a la verdad y anclados en ella, no seremos movidos.
Tenemos una armadura, tenemos algo mucho mejor que un martillo, tenemos la espada de doble filo para hacer frente a esta batalla, y hermanos, no estamos peleando a la ventura, no estamos en una guerra de resultado incierto, Cristo ya dio la promesa de la victoria: Las puertas del Hades no prevalecerán, tenemos la certeza de la victoria, porque Cristo ha vencido y luchamos sabiendo que es cuestión de tiempo para que el día del juicio llegue, cuando nuestro Señor vuelva glorioso por su pueblo, pero nos corresponde despertar de este letargo, de este sueño y levantarnos, ceñir nuestros lomos y hacer conforme a lo que está escrito.
Promesa:
Cierro entonces con una promesa que tenemos en este texto para alentarnos en nuestro deber. Leamos [22.18-20]. Lo curioso sobre esta promesa de paz es la forma como muere Josías. Por morir en paz hubiéramos imaginado a un Josías, lleno de años, viejito, muriendo tranquilamente en su cama, sin dolor, sin sufrimiento. Pero no fue el caso. Al final de cuentas, Josías fue también un hombre falible, un hombre todavía en un cuerpo corrupto por el pecado, y salió a una batalla que no debía y murió en el campo de guerra. Una muerte que aconteció a reyes perversos como Acab. Pero la promesa de Dios se mantuvo, Josías no vio el mal que vendría y vio paz en sus días, aunque su muerte es un recordatorio de nuestra débil naturaleza. Nosotros también tenemos una promesa de paz. Hermanos y amigos, con todo y que en Costa Rica vengan días de un despertar y de volver al verdadero Evangelio, el juicio eventualmente llegará. El día del Señor vendrá para ejecutar su justo juicio sobre los impíos, pero, para los que aman a Jesús, para los que por la fe han recibido y creído que la obra de Cristo es suficiente para limpiarnos de toda maldad y que nos viste de justicia delante del Padre, que de enemigos ahora somos hijos, tenemos paz para con Dios. Estamos en paz, no tememos el juicio, por el contrario, gemimos, ¡Oh Cristo, ven pronto! Vendrán días de enfermedad, de persecución, pero esas aflicciones son temporales, y no se comparan con la paz y la gloria venidera, mientras tanto, sujetos a la Palabra, la Reforma vendrá cuando la Biblia es tomada con la seriedad y dada el lugar debido que tiene y merece.
SOLI DEO GLORIA